PARECE ser que todo el mundo -menos los representantes del sector- se está tomando a la ligera el anuncio de la huelga en el sector turístico, los perjuicios de la subida del IGIC y la actitud de algunos touroperadores británicos que quieren negociar a la baja los contratos con los hoteleros canarios.

El primero que no ha tenido consideración con el sector es el Gobierno de Canarias, que va a elevar un 40% el IGIC ya calculado en los contratos hasta final de 2012 y cuya diferencia -por la subida inesperada, a partir del 1 de julio- la van a tener que asumir los hoteleros. Una gravísima irresponsabilidad del señor Rivero y su mariachi.

Luego están los sindicatos, emperrados en negociar al alza un convenio que, por razones obvias de la crisis, debería permanecer igual, o incluso a la baja. Si a los funcionarios se les rebajan sus sueldos, los empleados de un sector inestable no tienen por qué quedar exentos de una medida similar. Los empresarios son, incluso, generosos en su ofrecimiento. ¿O es que no se han enterado los sindicatos que el 33% del empleo de esta comunidad autónoma se crea en el sector turístico, que ahora mismo es el único que funciona aceptablemente?

En tercer lugar está la actitud de algunos touroperadores británicos, auténticos bucaneros. No son extraños los británicos a las historias de piratas y saqueos, así que tampoco nos extraña demasiado. Hay personas decentes en todas partes. Pero indecentes también. Y los operadores del Reino Unido han ganado mucho dinero con Canarias (nosotros también con ellos, es justo decirlo). Mas los abusos en el sentido de aplicar reducciones y descuentos a sus facturas pactadas los van a pagar. Porque no siempre estará Canarias en una posición de debilidad en la negociación.

Cuidado con el turismo, mucho cuidado. Una huelga sería terrible para nuestra estabilidad económica y no es extraño que, si finalmente se lleva a cabo, los despidos en el sector van a ser masivos. Porque los empresarios están bastante hartos de aguantar a sindicalistas irresponsables que no se dan cuenta de que las épocas de bonanza se han acabado. Aquí tiene todo el mundo que arrimar el hombro para intentar salvar los muebles.

Hemos querido advertir de lo que se nos viene encima. Y los tres problemas que hemos citado penden sobre la economía de las Islas como la espada de Damocles. Y el que avisa no es traidor. Y, para mayor desgracia, las contrataciones para este verano no aumentan, pendientes los mayoristas de una posible huelga en el sector.