Con el gran afecto que sus subordinados le han mostrado durante siete años, el general Miguel Martínez García se despidió ayer del cargo de jefe de mando de la Zona de la Guardia Civil de Canarias, en un acto celebrado en el Acuartelamiento de la Guardia Civil en Santa cruz de Tenerife, y que contó con la presencia de los altos mandos de cuerpos de seguridad, así como las caras más conocidas de la política isleña.

Destacando la inmigración como el mayor reto al que se enfrentó durante el ejercicio de su labor en las Islas, el general de división se marcha del Archipiélago dejándolo con el segundo mejor índice en esclarecimiento de delitos en España.

Miguel Martínez, también resaltó que, en la actualidad, la delincuencia en Canarias se sitúa en los mismos niveles de 2004. Se trata de un dato "muy bueno teniendo en cuenta los años que han pasado, cómo ha crecido la población y la situación económica del país", señaló el hombre que ha tenido a su cargo a los más de siete mil agentes de la Benemérita destinados en las Islas.

Sobre el estado de los recursos materiales con que se queda el Instituto Armado debido a la crisis, Miguel Martínez explicó que "nos adaptamos a todas las situaciones".

Pese a que el acto de ayer era de despedida de la bandera, Martínez destacó que nunca se despedirá de ella, "ni de Canarias", y que se trataba de un adiós al servicio activo.

Con una trayectoria de reconocido prestigio de casi 40 años, Miguel Martínez destacó que "la Guardia Civil no me ha hecho solo un profesional, sino, sobre todo, mejor persona.

El acto contó la presencia del teniente general Pablo Martín Alonso, jefe del mando de operaciones de la Guardia Civil.