Ni renovación ni cambio. El que esperase que el V congreso de Coalición Canaria (CC), celebrado este fin de semana, podía traer aire fresco al nacionalismo deberá esperar a otra ocasión. Aunque, tal vez, no cuatro años, sino mucho menos. El partido que nació en 1993 para aunar las diferencias insulares afronta desde ayer el futuro más dividido que nunca.

El dúo formado por el jefe del Ejecutivo regional, Paulino Rivero, y el portavoz parlamentario, José Miguel Barragán, se hizo con el liderazgo de CC tras una apretada victoria, 485 votos a favor y 355 en contra -más 4 nulos y 18 abstenciones- que, lejos de cerrar heridas, evidencia una preocupante división en CC que podría derivar en una profunda ruptura del proyecto nacionalista. Rivero parece haber olvidado las declaraciones que realizó hace poco más de quince días -el 31 de mayo-, en una entrevista en Radio Nacional de España, cuando aseguró que no se le "pasaba por la cabeza" presentar su candidatura a la presidencia de CC al congreso que terminó ayer.

Con solo el 56% de los apoyos, e incluso sin candidatura rival, el raquítico triunfo se antoja como un punto y seguido para una formación -y así lo ha dejado patente una buena parte de sus miembros- que demandaba un punto y aparte, un cambio radical desde la base hasta la cabeza, cambio que por esta vez se ha quedado en la cuneta.

Pese al resultado final, la sensación al término del congreso celebrado en el recinto ferial de Santa Cruz de Tenerife es que quien ganó fue el quería cambiar el rumbo, el sector crítico. Sirvan como ejemplo las felicitaciones que recibieron al término del congreso, entre otros, José Miguel Ruano y Fernando Clavijo, que hicieron de correa de transmisión de los más disconformes. Entre la frustración por no haber ganado y la alegría por haber recibido un amplio apoyo, un destacado grupo de militantes hablaba al cierre del congreso de "falta de legitimidad" de la nueva ejecutiva y de que, más pronto que tarde, acabará en la convocatoria de un congreso extraordinario.

La victoria de Rivero y Barragán se fraguó la tarde-noche del sábado, que se prolongó hasta la madrugada del domingo, durante el debate de las enmiendas de la ponencia de estatutos. El sector oficial logró la mayoría suficiente para rechazar enmiendas de una parte de Tenerife, La Palma y Lanzarote, que querían evitar que se aprobase en su literalidad el texto elaborado por Isaac Godoy. El documento fija una Presidencia no ejecutiva y una Secretaría General y permite la compatibilidad de cargos públicos y orgánicos. O sea, abrió a puerta a Rivero para que presida el Gobierno canario y también CC.

Solventado este trámite, que se prolongó desde las 18:00 horas del sábado a las 9:00 horas del domingo, el congreso quedó casi encarrilado para los intereses de Rivero y Barragán. La victoria del nuevo tándem no fue ni será un camino de rosas.

El portavoz crítico

Por primera vez en la historia de CC, la votación de la única plancha presentada se hizo de forma secreta -este periódico lo adelantó el sábado-. Y se logró porque así lo decidió un 20% de los delegados. La petición la formuló Ricardo Melchior, que ayer se erigió en portavoz del sector crítico, para, según dijo, "garantizar plenamente" la libre expresión de los compromisarios.

Aunque la propuesta necesitaba 182 avales para hacerse efectiva, logró 298, lo que se tradujo en una victoria de la parte del partido que ha abanderado el alcalde de La Laguna, Fernando Clavijo, y a la que se han sumado también el propio Melchior, la diputada nacional Ana Oramas, el diputado autonómico José Miguel Ruano y el histórico dirigente nacionalista Manuel Hermoso, amén de un amplio grupo de La Palma.

Momentos antes, y durante la votación a mano alzada del nuevo texto estatutario, ya había quedado patente la fuerte división del plenario: por un lado, los afines al presidente canario y, por otro, los críticos de Tenerife, La Palma y Lanzarote, principalmente. Aunque la votación se saldó con 254 votos para los críticos y 621 para los oficialistas, sirvió de ejemplo de las diferencias de criterio.

Un sector, el crítico, que finalmente, y pese a que lo sopesaron hasta el último momento, no presentó un candidato alternativo. Hasta la tarde anterior, José Miguel Ruano iba a ser su cabeza visible, pero los reveses en la ponencia de estatus les hicieron desistir. Visto el resultado definitivo de la votación a la candidatura de Rivero, no pocos delegados lamentaron que no apareciese el esperado aspirante díscolo, pues de haberlo hecho la sorpresa podría haber sido mayúscula. No obstante, la batalla no acabó ayer. Es más, ayer solo fue el principio. A partir de ahora, serán los congresos insulares los que escenifiquen si los críticos ganan la guerra definitiva. Y el de Tenerife, el último fin de semana de julio, será un vivo ejemplo de ello.

Con la de ayer, esta es la cuarta vez que Rivero accede a la Presidencia de CC, pues fue su primer presidente en el Congreso constituyente celebrado en 1999, y revalidó el cargo en 2002 y 2005, hasta que dimitió por incompatibilidad con la Presidencia del Ejecutivo regional y fue sustituido en el año 2007 por José Torres Stinga.

"Limpieza" nacionalista

El núcleo duro de la Ejecutiva de la "nueva" coalición nacionalista, en la que se hace "machuca y limpia" con los críticos con Rivero y se premia con dos cargos a Gran Canaria, se completa con Pablo Rodríguez como vicesecretario de Coordinación y Estrategia, y José Luis Perestelo, como vicesecretario de Políticas Sectoriales.

El máximo órgano de dirección de CC con Carmen Steinert (Organización), Ángeles Arbona (Comunicación), Aurora Moreno (Igualdad y Participación), Antonia Soto (Formación y Desarrollo Ideológico) y Narvay Quintero, el senador de AHÍ, una incorporación que se antoja como un guiño a los nacionalistas herreños, que decidieron no asistir al congreso días antes de su celebración y revisar los acuerdos con CC.

Al margen de las vocalías que se citan a continuación, por islas la Ejecutiva la forman un majorero, Barragán; dos tinerfeños, Rivero y Ángeles Arbona; dos conejeros, Antonio Soto y Carmen Steinert; un palmero, José Luis Perestelo; dos grancanarios, Pablo Rodríguez y Aurora Moreno; y el herreño Narvay Quintero. Se quedan fuera de la nueva estructura los gomeros, que hasta última hora no decidieron asistir al congreso.

Además, las vocalías estarán formadas por Pedro Rodríguez, Sinesia Medina, Jorge Rodríguez, María del Mar Julios, Yanira Acuárez, Andrés Manuel Fernández, Carmen Morales, Jonathan Martín, Aimara Calero, Nazaret Díaz, Javier González Ortiz, Francisco Linares, Dolores García, Enrique Soler, Claudina Morales, Matías Morales, María del Carmen Iglesias, Guadalupe González Taño, Marcos Lorenzo y Juan Ramón Hernández.

Arranca un tiempo difícil

Una vez proclamado nuevo secretario general, desde ayer máximo cargo ejecutivo de CC, José Miguel Barragán dijo que empieza "un tiempo difícil" para convencer a los ciudadanos de que "somos una alternativa mayoritaria" para nuclear en su entorno a la mayoría social a la que se refirió el sábado en su discurso el propio Rivero.

Un trabajo que debe comenzar "dejando aquí" todas las diferencias internas que han protagonizado uno de los congresos más convulsos del proyecto nacionalista desde que este se conformó en el año 1993, pues Barragán insistió en la necesidad de cerrar heridas asegurando que "el mañana ya es hoy". "Salgamos a la calle y escuchemos a la gente para saber cómo debemos resolver sus problemas", afirmó.

Además, recordó que "independizarse" de la acción del Gobierno "no es ir contra el Gobierno" sino apoyarlo y "llamarle la atención y tirar de las orejas a los cargos públicos cuando sea necesario".