SE ACABÓ la dictadura policial en Canarias, se terminaron los informes trastornados, las detenciones de empresarios en plena vía pública, a espaldas de la ley procesal penal, los escándalos mediáticos. José Manuel Soria los sufrió en sus carnes, cuando le inventaron unos cuantos desalmados el "caso Salmón". Y la nueva delegada del Gobierno tiene órdenes estrictas de reorganizar la Policía Nacional en Canarias. Porque la Guardia Civil está perfectamente organizada y muy bien mandada en estos momentos.

Es de esperar que se terminen para siempre los juicios mediáticos, de una manera especial en esos confidenciales digitales arruinados, que no presentan cuentas a la Hacienda Pública y que hasta en ocasiones son tan clandestinos como sus propias informaciones. Ya está bien de soportar la tiranía policial de jefes de Policía que no eran sino comisarios políticos, enviados por el PSOE de López Aguilar y compañía para masacrar a personas honradas con fines políticos. Esto se acabó. La Policía tiene que entrar por el aro y cumplir las normas y la ley de una manera estricta.

El ejemplo más palmario se encuentra en el sumario de Las Teresitas, amparado por un informe policial disparatado, lleno de elucubraciones, mal redactado, con testigos protegidos bufos y mentirosos, sin el respaldo de pruebas en muchos de los casos, que no sirvió absolutamente para nada a la fiscal y a la magistrada del caso. Esto se acabó. Los responsables tienen que dar cuenta de lo que han hecho y, sobre todo, rendir cuentas de sus gastos. Los ciudadanos tienen que saber cuánto costó todo esto y para qué. Porque lo hemos pagado con nuestros impuestos.

Una nueva etapa policial se abre en Canarias. Los comisarios jefes de Policía que lleguen serán de la confianza de la delegada del Gobierno. Y se les exigirá rigor en su trabajo. Rigor, profesionalidad e imparcialidad. El PSOE también gustaba de jugar a policías y ladrones, pero siempre arrimaba el ascua a su sardina. Los del PSOE eran los buenos y los otros los malos. Esto se acabó. Se acabó para siempre.

Tampoco será mucho pedir. Porque a los servidores públicos se les exige que hagan bien su trabajo, que no sigan consignas espurias, que se limiten a cumplir con su deber de la manera que lo ordenan las normas en vigor. Solo esto. No creo que sea mucho pedir. Nuevos tiempos para un nuevo periodo en la historia de España que, por ahora, es también la historia de Canarias. Por ahora.