TENIENDO en cuenta que vivimos sobre volcanes parece lógico que se hayan elaborado planes para gestionar y solventar la crisis geológica de El Hierro. Quizá la alarma haya sido prematura, porque ahora el non nato volcán se desplaza hacia el mar y es posible que nunca lo veamos salir. También es bueno prevenir, así que poco que objetar a la alarma. Pero llamamos la atención de lo frágil que es nuestra tierra, que vive del turismo, a la hora de propagar sucesos que conlleven un peligro potencial.

Un volcán puede ser una fuente de recursos turísticos. Pero da la casualidad de que a la isla de El Hierro nunca le ha interesado el turismo de masas. Y por eso se han negado siempre sus habitantes y sus autoridades a ampliar el aeropuerto y a construir más hoteles. A El Hierro le interesa quedarse como está. Si acaso recibir un turismo de cruceros pequeños, que lleguen a la isla temprano y partan por la tarde. Y que se dejen allí sus dineros los excursionistas.

Queremos insistir en que la crisis ha estado bien gestionada, con algunos episodios extraños, como que el profesor Carracedo no figure en la comisión científica que vigila el posible nacimiento de un volcán. Parece impensable que quien más y mejor ha estudiado nuestros volcanes no aparezca en esta comisión, creada por las autoridades. Es necesario que Carracedo figure en ella porque su aportación sería no solo valiosa, sino también fundamental.

La llegada a la isla de la ministra de Defensa, Carmen Chacón, sirvió para involucrar a la Unidad Militar de Emergencias -lo único bueno que ha hecho Zapatero en casi ocho años de mandato- en la crisis. Y para que se desplazaran a la isla herreña una cincuentena de miembros de esta unidad, con muchos medios. Esto es importante, lo mismo que se haya reforzado la dotación habitual de la Guardia Civil. Y en el caso de evacuación masiva de la zona de riesgo, que no parece probable que se vaya a producir, en la isla existe un acuartelamiento militar totalmente infrautilizado, con capacidad para cientos de personas. Está situado junto al aeropuerto y muy cerca del muelle de La Estaca; es decir, en un lugar estratégico.

El Hierro, por tanto, cuenta con infraestructuras para solventar una crisis, incluso una crisis prolongada. Los avances en geología no permiten "anunciar" con exactitud matemática las catástrofes, pero sí tomar medidas que eviten riesgos. Esto se ha hecho. Pero es bueno no pasarse en la alarma, por las repercusiones externas que podrían afectar al turismo. No olviden que las estaciones turísticas rivales tienen medios para exagerar los fenómenos y convertirlos, sin serlo, en peligrosos. Por eso es preciso andar con mucho ojo.