PAULINO Rivero está batiendo todos los récords de cabreo posibles entre su electorado y entre sus compañeros de partido. Están cabreados los diputados palmeros de Coalición, que han visto cómo API desaparece en La Palma por mor de los pactos entre el PP y el PSOE; está cabreado Tomás Padrón, que todavía pinta mucho en AHI; tiene cabreado a Miguel Zerolo, a quien mejor será que lo manden al Senado porque en el Parlamento de Canarias va a poner toda su mala leche al servicio de la venganza: fue Rivero quien dirigió el vergonzoso pacto de Bermúdez con los verdugos de Zerolo; y tampoco están contentos con Paulino miles de militantes de su partido, disconformes con la política de pactos y, sobre todo, con la forma en que van a concederse -si él no lo remedia- las 156 emisoras de FM, proceso que ha dinamitado una mesa de evaluación preñada de incompetentes. O de algo más.

Paulino Rivero se ha metido en un buen lío y él solito, con la inestimable colaboración de la chiquillería que le asesora, ha creado una legislatura convulsa desde el principio. Ya no habrá paz posible porque los afectados se van a rebelar como jabatos contra quien les ha producido tanto perjuicio. Nos referimos a los afectados por los pactos (es decir, el electorado de CC) y, en otro orden de cosas -como dicen los cronistas aferrados a ese tópico-, los afectados por la errática y disparatada concesión de las licencias. Incluso antes de que el Gobierno haga suya la decisión de la esperpéntica mesa de evaluación, lo que estamos seguros va a ocurrir dada la soberbia del presidente, ya se preparan docenas de recursos de todo tipo contra la decisión. Esto va a ser un escándalo que ya salpica directamente a Rivero y que lo debilitará notablemente.

Según publica la prensa peninsular, Zapatero está preparando las elecciones generales para el mes de noviembre. Poco margen tendrá CC para reorganizarse. Sus "amiguitos" desaparecerán de la faz de la nación, y de Canarias, y será entonces cuando Paulino, Ana Oramas y el ínclito Fernando Ríos, con toda la tropa, se quedarán huérfanos y sin obediencia.

Que ni chiquito papelón el de pedirle de nuevo el voto a los canarios. Esto se acabó. En noviembre, o cuando sea, Coalición va a mermar muchísimo su cuota electoral. Esto lo sabe hasta el gato. Y lo peor es que no quieren rectificar. Son tan soberbios que seguirán adelante hasta que se estallen contra el muro de los votos. Son tan poco inteligentes que no quieren variar el rumbo. Son tan ceporros que jamás rectifican sus errores. Y así les va.