La Asociación Unificada de Militares Españoles (AUME) creó una delegación en Canarias para atender la situación de los más de 9.000 militares repartidos entre las Islas, como los "vacíos" respecto a los traslados y la atención de las familias de militares en misiones internacionales.

La delegación de la AUME en Canarias fue presentada ayer por el presidente nacional de la asociación, Jorge Bravo, quien señaló que al problema de la insularidad se suma en Canarias la distribución de personal debido a la desaparición o reagrupamiento de cuarteles.

Aunque los militares asumen la movilidad como parte de su labor, en las Islas se produce "un valor añadido negativo" cuando deben abandonar el Archipiélago personas arraigadas o cuando militares de la Península de repente son destinados a Canarias, añadió Bravo.

La AUME propone que el Ministerio facilite la conciliación de la vida militar y familiar porque, apuntó su presidente nacional, hay muchas lagunas y espacios para cubrir.

Bravo también alertó de que las leyes de la carrera militar y de tropa y marinería originan un malestar generalizado "nunca visto" en las fuerzas armadas "que va desde el soldado hasta el coronel y que no tiene visos de que vaya a terminar".

En este sentido, afirmó como ejemplo que el sistema de evaluaciones para decidir el progreso en la carrera militar ha truncado "de una forma brutal" las expectativas de ascenso de miles de militares y también que la ley de derechos y deberes de los militares, que regula el asociacionismo profesional, nace "con muchas carencias" porque los militares pidieron tener representatividad en el futuro consejo a través de elecciones libres "y esto no ha sido así".