El rector de la Universidad de La Laguna (ULL), Eduardo Doménech, se entregó ayer a sí mismo el bastón de mando de la institución, lanzó una advertencia a "quienes tengan la tentación de seguir haciendo de la división su pauta de comportamiento", volvió a reclamar una financiación estable -bajo riesgo de condenar el centro a la mediocridad- y se mostró convencido de que "ahora sí es posible hacer realidad el riesgo de una ULL excelente".

Doménech tomó posesión de su cargo por segunda vez -fue reelegido en los comicios celebrados el 14 de abril- en un acto celebrado en el Paraninfo universitario, presidido por el jefe del Gobierno canario, Paulino Rivero. El catedrático de Pediatría inicia este nuevo mandado insistiendo en el cambio que, a su juicio, se ha operado en la Universidad durante los cuatro últimos años y poniendo el acento en el nuevo rato: llevar la ULL hacia la excelencia.

Tras agradecer a su contrincante en las elecciones, Javier Marrero, su "disponibilidad y buen talante", Eduardo Doménech instó al Gobierno a "cumplir los compromisos económicos pendientes" -la Administración ha aplazado el pago de parte de la financiación prevista en el contrato-programa suscrito con las universidades canarias- y advirtió de que, de no ser así, la ULL estará "anclada en la mediocridad, mientras otras instituciones de educación superior del resto del Estado sí lograrán sus aspiraciones".

En este sentido, reclamó un incremento del esfuerzo presupuestario y que, al menos, no se reduzcan las cantidades destinadas a las políticas educativas. "Me reafirmo en mi comprometida defensa de la universidad pública. Espero que la de ustedes, señores representantes políticos, también lo sea", dijo.

También hizo referencia Doménech a la falta de apoyo electoral que encontró en el alumnado y el personal de administración y servicios, sectores hacia los que pretende "prestar mayor atención" y con los que quiere articular "canales directos" de comunicación.