QUIEREN cobrar por acceder al Teide, aunque no se sabe quién pues la gestión sobre los parques naturales canarios se la disputan los cabildos y el Gobierno regional. Hasta que no se defina claramente quién la va a tener, cualquier disquisición sobre el asunto será baladí. También tienen que ver los ayuntamientos, con competencias sobre las jurisdicciones municipales donde se encuentran estos parques.

Pero damos algunas ideas. En casi todas las naciones del mundo la entrada en los parques no es gratuita. Porque con un pequeño canon por visitante se contribuye a un mejor mantenimiento de los mismos. Ya se limitó el acceso al cráter del Teide, con éxito, porque la masa rampante movía las piedras, se las llevaba y hasta se atrevía a dejar restos de comida en la cima, con el deterioro paisajístico que ello comporta.

Al Teide, a su cima, a su circo y a su entorno general hay que cuidarlos. Lo mismo que al resto de los parques nacionales canarios. Un canon por visitante sería bueno. No somos partidarios de limitar el acceso de visitantes a Las Cañadas, pero sí de poner ciertas restricciones al uso del paisaje. No se trata de cobrar a nadie por filmar un documental de la zona que luego dará la vuelta al mundo, pero sí de regular los lugares de acceso, de poner allí más vigilantes que velen por que aquello no se ensucie, de editar publicaciones que se repartan a todos los visitantes con las normas de conservación de los parques canarios. Todo esto es conveniente.

Las Islas viven de sus encantos naturales. Las coronas forestales deben ser, y lo son, sagradas para nosotros. Se trata de nuestro cartel en el mundo. Los turistas que nos visitan están locos por ver los restos de un paraíso. Y estos restos, que existen, que son reales y que hemos podido conservar, debemos cuidarlos como a hijos. Son nuestro patrimonio verdadero.

Un canon, sí, que se cobre en el acceso, en un arco, o en dos arcos, en la carretera, con la mínima molestia hacia los visitantes. Una especie de peaje por vehículo y turista que haga su entrada en el parque y, si quieren, con un precio especial para los naturales. Una cuota mínima, que sirva para tener impoluto el entorno, para conservar las vías y para embellecer, si cabe, lo que la Naturaleza nos ha regalado.

Pero primero tenemos que enterarnos, de una vez, quiénes van a ser los organismos competentes en los parques que el Estado, gracias a Dios, ha soltado. Porque eran nuestros, de los canarios.