Parece mentira que ya haga 30 años desde que realizamos el primer trasplante de riñón en Canarias y que hoy ya vayamos por los 2.335. Esta fue una de las reflexiones que hizo ayer el jefe del Servicio de Nefrología del Hospital Universitario de Canarias (HUC), Benito Maceira, en un acto organizado por la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias para conmemorar el trigésimo aniversario del primer trasplante renal.

Durante su intervención, Maceira insistió en varias ocasiones en que sin el apoyo de la sociedad canaria "no se podría haber conseguido nada de esto", destacando que "el número de donantes en el Archipiélago es tan alto que posibilita que el enfermo renal canario sea el que menos debe esperar para ser trasplantado en España", estableciendo el tiempo medio de espera en un año, frente a los dos o incluso tres años de otros puntos del país.

No obstante, manifestó que "lo ideal sería que no se trasplantase tanto porque se ha sido capaz de prevenir la enfermedad renal", en clara referencia a los altos niveles de obesidad y diabetes de las Islas que desembocan en patologías renales. Y es que la primera causa de entrada en diálisis en Canarias es como consecuencia de una nefropatología diabética, "puesto que la incidencia de esta enfermedad triplica la media nacional", según manifestó el experto.

Por su parte el director-gerente del HUC, Ignacio López Puech, aseguró que "si se realiza un trasplante cada tres días sin que ello suponga un cambio o se note en el funcionamiento normal del hospital, es sinónimo de que este centro ha alcanzado un nivel de madurez admirable".

En este mismo sentido se manifestó el coordinador general de Trasplantes del Gobierno de Canarias, Aurelio Rodríguez, que anunció que de cada millón de habitantes que hay en Canarias, 550 son trasplantados de riñón.

Respecto a la supervivencia, indicó que el 95% de los pacientes superan el año de vida y el 70% la década, si bien admitió que "hay trasplantados que lo son desde hace 28 años y no presentan problema alguno".

"El tiempo máximo que se conoce en todo el mundo son 45 años", dijo.

Precisamente en este punto tomó la palabra José Joaquín, un tinerfeño al que le trasplantaron un riñón hace ahora 26 años y que relató que desde entonces hace "vida normal". "Lo único que me prohibieron es que hiciera kárate, por si me daban una patada en el riñón y me tenían que poner otro", dijo con una amplia sonrisa.

Pero la precursora fue Julia Hernández, una güimarera que pasará a la historia por haber sido la primera canaria trasplantada de riñón, de un donante de las Islas y en un centro del Archipiélago.