YA EMPIEZAN a aparecer las encuestas. A las de El Mundo y ABC se une ahora la del rotativo Canarias 7, del Instituto Perfiles. Todos los sondeos vienen a decir lo mismo: debacle del PSOE, ola del PP y buenos resultados para Coalición Canaria, que, lejos de desaparecer, resurge. Hay una mala noticia: que Román Rodríguez y su Nueva Canarias podrían entrar en el Parlamento, aunque quién sabe.

Pero todo gira en torno a una horquilla de resultados apretados. Es decir, que la campaña electoral puede mover a los indecisos. Y ahí lleva ventaja Coalición, porque este partido se maneja muy bien en los trayectos cortos. Ya han comenzado a arremeter contra los demás en la convención del Puerto de la Cruz, donde no dejaron títere con cabeza. Las encuestas -todas- les dan muy bien a los nacionalistas. Ya hemos publicado aquí que su éxito sería incuestionable si logran entre 22 y 24 diputados. El PSOE podría pasar de 26 a 17, un descalabro histórico del que va a ser muy difícil recuperarse. Y el PP subiría, aunque no se sabe bien cuántos diputados, unos sondeos dicen que tres, otros dicen que cinco y otros que hasta más. Cuidado, que sólo son sesenta escaños.

Vayámonos preparando para leer todo tipo de conjeturas. A los nacionalistas nadie les arranca con quién van a pactar. Dependerá de los resultados y de las instituciones. A Paulino el cuerpo le pide una alianza con el PSOE, pero quién sabe. José Miguel Pérez, candidato socialista, ya ha declarado que no le importaría ser vicepresidente del Gobierno de Canarias. ¿Y Soria? ¿Qué dice Soria?

Estas serán unas elecciones autonómicas muy reñidas. Se podría producir hasta un triple empate; es decir, que ganaran las tres fuerzas que conforman actualmente el Parlamento, un empate a 20. ¿Se imaginan? Cosas peores se han visto, sobre todo en Canarias en donde siempre ganan los mismos, porque sólo son tres partidos mayores en liza, con sus aliados más modestos. Si CC logra que PNC y CCN vayan con los de Paulino, el triunfo puede estar asegurado. El triunfo moral del nacionalismo y la victoria numérica. Pero es preciso tener generosidad y paciencia. El PP, ya saben, vive su ola. Y los socialistas de Zapatero, el mayor descalabro de su historia. Sobre todo si los votantes se acuerdan de Zapatero cuando vayan a depositar su sufragio.

Pero queda una campaña por delante. Una campaña en la que todos se dirán de todo. Y luego ganarán quienes la gente quiera. La última palabra está en ustedes, en los que tienen que votar.