HACIENDA nos persigue. Los bancos y cajas tienen la obligación, ahora reiterada, de comunicar a la Agencia Tributaria los ingresos en efectivo de ciudadanos y empresas en billetes de 500 euros. Si un ingreso adjunta más de tres billetes de 500 -los llamados Bin Laden, porque viven escondidos-, Hacienda tiene que saberlo. Si usted ingresa en nombre de una empresa, la cosa puede pasar desapercibida. Si usted es un particular y los ingresos con billetes de 500 euros se repiten, a la Inspección. El ciudadano sigue soportando la presión y la intromisión en su vida de la Administración.

Hacienda controlará también -vuelve el viejo sistema- los signos externos. Si usted compra un coche de alta gama, un barco o una casa de alto standing, probablemente será investigado. Se trata de una acción combinada de la Agencia Tributaria y la Seguridad Social, para captar el paro fraudulento y el dinero negro. Una nueva modalidad, muy al estilo socialista. De acuerdo con que el peso de la ley caiga en los que defraudan y en los gandules que se apuntan al paro y no quieren aceptar empleos. Pero siempre pagan justo por pecadores. Y al final, ya lo veremos, acabarán costeando los platos rotos los empresarios.

En su afán recaudatorio, el Gobierno de Zapatero ha dado órdenes a la Agencia Tributaria de que investigue con lupa las rentas declaradas. Hay muchas devoluciones de 2010 que no han sido hechas, porque la Agencia Tributaria las está examinando. Tendrá que abonarlas, si son correctas, con los intereses legales correspondientes.

El ciudadano tiene, cada día más, la sensación de sentirse acorralado y vigilado. Este país se ha convertido en un mundo de espías. Los poseedores de billetes de 500 euros son tratados como auténticos delincuentes. Lo mejor sería que los retiraran de la circulación porque en ningún país normal se da esta persecución, convirtiendo a las entidades bancarias en delatoras.

Haría mejor el Gobierno en proteger a los ciudadanos de sus propios errores, de los errores de una Administración que ha abocado a España y a Canarias al colapso económico, en vez de estar persiguiendo a los ciudadanos como si fueran delincuentes.

En fin, que a más crisis, más palo fiscal, más apabullamiento a los empresarios y más vigilancia y control administrativo. Si tiene usted un Bin Laden, guárdelo en una gaveta, no se le ocurra sacarlo a la luz y mucho menos llevarlo al banco porque lo mirarán a usted con cara rara. O llamarán a la Policía, quién sabe.