HA DICHO Juan José Cardona, aspirante a la alcaldía de Las Palmas por el PP, al periódico ABC que si consigue el cargo suprimirá todos los asesores y los cargos de confianza del Ayuntamiento de aquella ciudad.

Se trata de toda una declaración de principios. Un artículo de Luis María Anson en el periódico El Mundo publicado el domingo pasado ofrece este dato: en 1977 había 600.000 funcionarios en España y hoy la cifra sube a 3.200.000. La marea de coches oficiales, choferes, asesores, consultores, etcétera se hace brutal, con unos costes igualmente brutales. Por eso las declaraciones de Cardona aportan bastante sensatez a los proyectos electorales. Otra cosa es que cumpla lo que diga, que esa es otra.

Sostiene Cardona que será un alcalde a pie de calle. Que va a "apatrullar" la ciudad, como hacía Torrente (el añadido es nuestro) y que no se le va a escapar ningún detalle, para su solución. Pues nos parece estupendo; un alcalde a la vieja usanza, como nuestro García Sanabria, a quien cuando mejor lo estaba haciendo lo echaron. Muy propio de los pueblos agradecidos.

Las autonomías han encarecido el coste/país. Está claro. Si se cumplieran los mandatos de Naciones Unidas, Canarias ya tendría que volar sola. Todo se andará. Este año de 2011 promete muchas cosas. El proceso de independencia no tiene freno porque un montón de circunstancias así lo estiman. Nadie crea que será un proceso traumático, todo lo contrario. Será tan amable como una elección democrática, como la consecución de un deseo, como la liberación de romper ataduras viejas e indeseadas. Canarias no puede soportar la actual estructura estatalista, ni resignarse al triste papel de pedigüeña teniendo recursos de sobra para valerse por sí sola. Pero aquí los primeros que deben acceder a los puestos de trabajo son los canarios. Y los que tienen que gobernar a una tierra que es nuestra seremos los canarios. Queremos jueces y fiscales canarios, funcionarios de la Hacienda pública canarios, inspectores de trabajo canarios, policías canarios. Como lo quieren, y lo consiguen, los catalanes. Queremos hablar como hemos hablado siempre y que se nos devuelvan nuestros derechos históricos arrebatados por la fuerza. Y lo queremos por la vía de la paz. Fíjense ustedes.

Al margen de esta disquisición, sostiene Cardona que la austeridad va a ser la seña de su mandato, si logra arrebatar la alcaldía de Las Palmas al socialista Saavedra. Nos parece bien. Es todo un punto de partida. Una interesante declaración de principios.