SE PRODUCE un acercamiento entre Coalición Canaria y el Centro Canario Nacionalista. Si se consigue y se añade al PNC, aliado de CC en casi todas las islas, estaremos más cerca de la unidad nacionalista.

¿Convencerá Paulino Rivero a Nacho González, antes de que la larga sombra de Román Rodríguez devore al CCN? Puede ser. Paulino tiene dotes de convicción y a Nacho le conviene estar en el Parlamento regional, donde también debería entrar Juan Manuel García Ramos.

La lista parlamentaria de CC está pensada. El primero será Paulino, el segundo una mujer y el tercero Miguel Zerolo. El cuarto, el quinto y el sexto puestos tienen candidatos, dos de ellos pueden ser Juan Manuel García Ramos (u otra persona que él designe) y Nacho González, si llega a un acuerdo con CC.

Esta crónica tiene mucho de conjetura, pero por ahí van los tiros y nuestras fuentes son muy buenas. La unidad nacionalista, al menos de una parte del nacionalismo, está a la vuelta de la esquina. Pero se trata del nacionalismo de velocidad corta, porque el nacionalismo de velocidad rápida lo que quiere es la independencia, el autogobierno, la liberación de Canarias, como quieran llamarlo. Más pronto que tarde.

Pero hay lo que hay. Coalición Canaria quiere la unión. Sobre todo después de que algunos dirigentes del PP, de manera poco prudente, están clamando por un pacto de los partidos "nacionales" para quitar poder a la propia Coalición; para borrar del mapa al nacionalismo canario. Esto nos parece un error táctico del PP, algunos de cuyos miembros destacados están hablando de un pacto post electoral PP-PSOE, similar al del País Vasco. Adiós Canarias, entonces. Nos comen.

El otro día salió Javier González Ortiz en Radio Nacional de España, como un basilisco, cuando Miguel Cabrera Pérez-Camacho insinuó esta posibilidad. No debería hacerlo Miguel Cabrera porque estaría retratando un pase que a su electorado no le convence. El electorado del PP rechaza cualquier acercamiento al PSOE. Y es lógico. Lo de Vascongadas es no sólo coyuntural sino necesario para derrotar a ETA. En Canarias, afortunadamente, ETA no existe, ni queremos que exista jamás.

Son buenas las conversaciones nacionalistas. Son buenas las intenciones de Paulino Rivero de quitar al CCN de las garras de Román Rodríguez, un traidorzuelo de La Aldea (siempre nos referimos al terreno de la política), que vive de engaños y de maniobras y que ha adquirido no poco poder en la isla de enfrente. Peor para ellos.