La ansiedad y la depresión son sensaciones físicas y emocionales que aparecen en la vida cotidiana y nos ayudan en la toma de decisiones, pero si su intensidad es alta o su presencia no está justificada por el entorno, se convierten en un obstáculo que puede llegar a frenar el desarrollo personal y en ese momento requieren ser tratadas. Así, si los síntomas de ansiedad o de depresión surgen durante el proceso de alguna enfermedad grave o crónica, estos síntomas en un grado elevado deben ser diagnosticados de forma temprana para evitar que pasen inadvertidos.

Sobre estas cuestiones y del papel de la ansiedad y la depresión en pacientes con fibromialgia y cáncer, ha disertado el jefe del servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria, Juan Antonio de la Fuente, en el "Congreso Europeo en avances en los tratamientos de los trastornos de ansiedad y depresión" que se ha celebrado estos días en la Universidad de La Laguna (ULL).

Para el doctor de la Fuente, abordar de forma adecuada la salud psíquica de pacientes diagnosticados con estas patologías, permite mejorar su calidad de vida y su forma de afrontar la enfermedad.

Emociones y síntomas como la depresión, la ansiedad o el estrés en pacientes con cáncer llegan a afectar a su calidad de vida e incluso a modificar la vivencia de otros síntomas cuando se presentan de forma exagerada.

Según de la Fuente "en ocasiones, son infradiagnosticadas porque el paciente, la familia y los profesionales asocian el estado de tristeza o ansiedad a reacciones normales durante el proceso oncológico, por lo que puede ser escasamente expresada por el paciente y si no se detectan estas psicopatologías, la enfermedad conllevará una situación de sufrimiento potencialmente evitable".