De nuestra mayor consideración, señora Oramas: Comprendemos que a usted le guste vivir en Madrid. Más intimidad. Entendemos que a usted le guste que la llame Rubalcaba y que la señora De la Vega se ponga al teléfono a su requerimiento. Que Zapatero se incline, como se inclinó ante el emperador del Japón, para hablarle al oído en los pasillos, como aquel hombre que susurraba a los caballos. Todo esto lo entendemos.

Pero no entendemos los canarios -y perdone que me arrogue su representación- esa supeditación de ustedes, los nacionalistas de Coalición Canaria, a los socialistas del Dúo Sacapuntas (Zapatero/ Rubalcaba). Porque, doña Ana, mucho Consejo de Ministros monográfico, muchos planes Canarias, mucha promesa, pero, ¿sabe?, el paro está en el 30% en las Islas y si usted se va a la de Fuerteventura la cifra pica el 35%. No le haga caso al señor Casimiro Curbelo, socialista de pro, que reduce el desempleo gomero a golpe de silbido. Está mintiendo. Miente tanto como Zapatero, que ya es mentir.

Porque, ¿sabe usted?, ese PSOE al que ustedes veneran, como aquella imagen divina que Agustín Lara decía venerar en su bolero, después inmortalizado por Almodóvar, es el mismo que quiere meter en la cárcel a Miguel Zerolo y a Luis Suárez Trenor y al alcalde de Arona; el mismo PSOE que dice que ustedes forman un partido corrupto; el mismo PSOE que se quiere cargar la isla de Tenerife; el mismo PSOE que quiere limitar el desarrollo de Santa Cruz; el mismo PSOE que los ha intentado pisotear históricamente. El PSOE de Santiago Pérez y López Aguilar; porque entre estos dos fulanos y el policía Rubalcaba hay una distancia de un milímetro.

¿Es el electorado de Coalición Canaria de izquierdas? Apoyando los presupuestos de Zapatero, ustedes lo mantienen en el poder. ¿Sabe esto la sociedad tinerfeña y la canaria en general? A ustedes les van a dar una paliza en mayo de 2011, pero por torpes. Por no haber sabido elegir bien al aliado. Por sus incongruencias y por comportarse ustedes como auténticos matados.

¿Para qué le hacen falta a usted, señora Oramas, los oropeles de Madrid? Su tío Leoncio, en quien usted parece inspirarse, fue un patriota. No fue un entreguista. Era monárquico y español, pero defendió siempre a estas islas frente al godo. ¿Ha renunciado acaso a él, a su propia inspiración, a su propia trayectoria? Primero, doña Ana, está Canarias. Y luego sus sueños de grandeza. Entréguese a su pueblo y no haga más machangadas ni actúe más veces de manera incongruente.