Seis hospitales públicos de Canarias aplican la terapia electroconvulsiva para pacientes con trastorno mental grave e incapacitante, que de esta manera favorecen su mejoría y se reduce el número de recaídas en la enfermedad, informó ayer la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias.

La terapia electroconvulsiva se aplica a pacientes con trastornos mentales graves en los que los psicofármacos no dan el resultado deseado y su principal objetivo es la rápida recuperación, indicó la Consejería en un comunicado.

Sanidad implantó esta técnica en seis de los nueve hospitales públicos de Canarias: el Hospital Universitario Insular de Gran Canaria, el Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín, el Hospital Doctor Molina Orosa en Lanzarote, el Hospital Universitario de Canarias, el Hospital Universitario de La Candelaria y el Hospital General de La Palma.

En 2009 se realizaron en estos centros hospitalarios más de 1.960 sesiones que han beneficiado a unos 110 pacientes.

La principal indicación de esta técnica es para depresiones graves con ideas delirantes o depresiones resistentes. También se aconseja en aquellos casos de manía resistente o de trastorno bipolar, una patología que puede afectar a casi el 3 por ciento de la población, cuando la medicación no puede resolver la agitación intensa.

Los pacientes bipolares también se pueden beneficiar de la técnica cuando atraviesan una depresión grave y resistente a los tratamientos farmacológicos, entre otros.

En la intervención participan un psiquiatra y un médico anestesista que velan en todo momento por la seguridad del paciente.

El psiquiatra se encarga de aplicar los electrodos después de haber individualizado los parámetros eléctricos para cada paciente concreto, determinar el número de sesiones así como su frecuencia y el tratamiento.

Respecto a la intervención, una vez colocados los dos electrodos se aplica una pequeña descarga que provoca una convulsión durante unos 25 o 30 segundos.