AGENTES de la Guardia Civil adscritos a la Agencia Tributaria han interceptado al velero de bandera española "Lulú", de 14 metros de eslora, con un alijo de casi tres mil kilos de coca. Concretamente, 2.666. Según informa la propia Agencia Tributaria, los narcotraficantes pretendían utilizar una ruta segura, que es en la que se mueven habitualmente los traficantes de hachís marroquíes. La coca iba a ser traslada a la costa marroquí, a través de lanchas neumáticas, y luego introducida en la Península por los canales habituales.

Algo salió mal a los cabecillas, que han sido detenidos, algunos en Tenerife. El barco ya está aquí, la droga ha sido incautada. Fue trasvasada al "Lulú" por un navío nodriza cuando este barco echó anclas a 500 millas de la isla de El Hierro. Posteriormente, el velero "Lulú" fue abordado por los agentes al servicio de la Hacienda pública española.

Desde hace meses se están encontrando en el norte de la isla tinerfeña lanchas neumáticas abandonadas en calas de difícil acceso por tierra. La Guardia Civil ha reforzado los controles nocturnos en la Isla Baja, gracias al celo de los agentes de los cuarteles de Garachico y Buenavista, que han redoblado sus esfuerzos, a la búsqueda de estos extraños naufragios. Se encuentran las lanchas, pero sin los motores y sin rastro de sus ocupantes. En ocasiones se dejan olvidados fardos de droga, sobre todo de hachís.

La Guardia Civil al servicio de la Agencia Tributaria hace el seguimiento puntal de algunos capos de la droga en España, fichados por la Benemérita, y controlan sus salidas al extranjero, fundamentalmente a Colombia. También rastrean las compras sospechosas de barcos de recreo, sobre todo las que se realizan al contado y sin intervención bancaria.

Nuestras costas son muy vulnerables a la introducción de sustancias estupefacientes y las redes de traficantes cada vez están más organizadas. Bien es verdad que la Guardia Civil también. Los chivatazos son claves a la hora de detectar los envíos y también la colaboración de las autoridades colombianas. Generalmente, los barcos nodriza que traen la droga hasta alta mar están balizados por los agentes antinarcóticos tanto de la DEA norteamericana como de las policías de los países de procedencia, casi siembre Colombia o Venezuela. Estas balizas consiguen que un satélite rastree la situación del buque durante toda la travesía, hasta que es detectado y abordado. No es un trabajo fácil y, sobre todo, no es un trabajo que se pueda hacer sin la colaboración de las autoridades del país productor de la droga o del puerto de origen de las rutas de estos barcos nodriza. Pero, afortunadamente para la Humanidad, muchos de los traficantes caen.