La Universidad Menéndez Pelayo (UMP), en colaboración con otras instituciones, celebró ayer la I Reunión de familias de niños, adolescentes y jóvenes enfermos con los profesionales de la salud, la educación y bienestar social que deben atender sus necesidades asistenciales especiales.

La reunión, que tuvo lugar en el Aulario de Guajara, constituyó un primer paso para la constitución de una federación de las asociaciones de Canarias y para crear equipos coordinados que permitan a las familias y a los profesionales contar con las mejores recursos para atender a niños y niñas enfermos con necesidades de atención especiales, según explicó la coordinadora de la jornada, María del Carmen Castro Álvarez, responsable de pedagogía hospitalaria del HUC, según explicó la UMP en una nota de prensa. Dentro de las transformaciones deseables en este ámbito, Castro Álvarez apuntó a la creación de una sección de pedagogía hospitalaria en la Facultad de Pedagogía de la Universidad de La Laguna (ULL).

Durante toda la mañana de ayer médicos y familiares de pacientes estuvieron intercambiando pareceres sobre la atención a los menores enfermos. Ricardo López Almaraz, médico del servicio de Pediatría del HUC, aseguró que los servicios de oncología infantil en España consiguen diagnosticar a niños y niñas en una semana, evitando así las listas de espera.

La ausencia en la práctica de listas de espera se da en el ámbito de la oncología pediátrica, no así en el de la oncología para personas adultas y está contemplado para este caso el funcionamiento coordinado de equipos multidisciplinares que incorporan a profesionales de las tres áreas profesionales implicadas: la sanitaria, la educativa y la de prestación de servicios sociales.

Multidisciplinariedad

Sin embargo, el funcionamiento correcto de estos equipos multidisciplinares depende mucho del papel de sus integrantes. Por ello, el doctor López señaló que la interdisciplinariedad "existe en el dibujo", pero que realmente se sostiene en la disposición y el trabajo de los profesionales y puede desaparecer en ausencia de éstos, cuando están de vacaciones, por ejemplo. Estas y otras circunstancias similares son las que llevan a los profesionales a sentirse presionados por sentirse imprescindibles para el funcionamiento correcto de las dinámicas del trabajo para la atención correcta de los enfermos, según señaló Francisco Gabriel Sánchez García, médico del servicio de Psiquiatría infantil del HUC.

El diagnóstico, por tanto, puede ser inmediato, y el tratamiento ha cambiado sustancialmente en los últimos años, ya que se ha conseguido reducir el tiempo de internamiento y trasladar a los enfermos más jóvenes a su casa para completar allí el tratamiento a través de la atención domiciliaria. Allí mismo es donde los niños y niñas enfermos reciben seguimiento de su formación educativa por parte de profesores que acuden a las casas. En la atención educativa domiciliaria la atención a los niños y niñas que son tratados de sus enfermedades en casa, "lo más importante es la coordinación", ya que permite a los profesores conocer los pronósticos de los enfermos, los efectos de los tratamientos, su estado psicoemocional y su evaluación cognitiva.

Un malestar tan común y extendido como el asma es un factor que determina la calidad de vida de niños y niñas y les afecta notablemente, siendo causa del 42 por ciento, del absentismo escolar.