Los escarabajos Mimosestes mimosae y los conejos favorecieron la dispersión de la Acacia farnesiana por los barrancos del sur de Gran Canaria, de forma que en 40 años la población de este arbusto pasó de unos 50 a más de 4.500.

Así lo dijo el profesor titular de Ecología de la Facultad de Biología de la Universidad de La Laguna José Ramón Arévalo en una entrevista durante la cual explicó el resultado de un estudio que sobre la Acacia farnesiana ha hecho el EIGI (Especies Invasoras: Grupo de Investigación Interinsular) que dirige y en el que participan las dos universidades canarias.

Este estudio sobre la capacidad colonizadora que ha desarrollado este arbusto en los barrancos del sur de Gran Canaria ha sido financiado por la Agencia Canaria de Investigación, Innovación y Sociedad de la Información, por el Cabildo de Gran Canaria y por las dos universidades canarias.

Los primeros 40 o 50 individuos de Acacia farnesiana de este estudio se plantaron en lo que estaba previsto que a inicios de los años 70 del siglo pasado fuese una urbanización, pero el proyecto no se llevó a cabo y sólo quedaron las carreteras y los ajardinamientos, explicó José Ramón Arévalo.

La Acacia farnesiana es un arbusto originario de América Central y se trata de una planta ornamental muy apreciada por su olor y vistosidad, que además es muy fácil de trabajar y en Canarias tiene flores prácticamente durante todo el año porque no hay mucha diferencia entre las estaciones.

Esta leguminosa no pasa de ser un arbusto en países como México pero en Gran Canaria se han localizado ejemplares de hasta cuatro metros, comentó José Ramón Arévalo, quien añadió que la capacidad de ocupar tanto espacio en tan poco tiempo no se justifica sólo por la dispersión de las semillas, que son muy duras y pueden estar hasta diez años sin germinar.

Las semillas, para ganar terreno en el sur de Gran Canaria sólo tienen como vehículo el agua que baja por los barrancos, y ese hecho no coincidía con el aumento tan rápido de este tipo de arbusto.

Durante el estudio que ha realizado el Grupo de Investigación Interinsular se comprobó que un coleóptero, el Mimosestes mimosae, pica las semillas y de ese modo acelera la germinación para que se produzca en días, y no en semanas o años.

La labor que hace ese escarabajo, que es otro ejemplar introducido en las islas, también la realiza el conejo, que es otra especie exótica en el Archipiélago canario.

El conejo actúa como dispersor de las semillas de Acacia farnesiana, y lo hace por medio de sus heces.

José Ramón Arévalo indicó que la Acacia farnesiada se ha imbricado en el sistema, de forma que su colonización es muy rápida, y agregó que en el resto de islas de Canarias no se han encontrado individuos de este arbusto fuera de jardines en número significativo.

Considera que el aumento de la población de Acacia farnesiana en el sur de Gran Canaria no es un problema ambiental primordial en sí, pero sí es partidario de que se ponga bajo control la capacidad que tiene para ocupar espacios, pues es muy alta.

José Ramón Arévalo explicó además que la presencia de especies exóticas, por lo general, no es una causa, sino un síntoma del deterioro del medio ambiente, como en el caso de la Acacia farnesiana en el sur de Gran Canaria.

En opinión de este profesor titular de Ecología, más que erradicar especies exóticas tal vez habría que plantearse la necesidad de restaurar el hábitat, pues, además, una vez que una planta exótica se imbrica en el sistema es bastante complicado sacarla.

En el caso de la Acacia farnesiana comentó que sería muy costoso erradicarla y además luego quedaría el problema de qué ocurriría con las semillas, que pueden permanecer años.