La telemedicina para controlar a determinados pacientes cardíacos fue uno de los temas que se abordaron ayer en el marco del XXIII Congreso Regional de la Sociedad Canaria de Cardiología, que se celebra en Adeje.

Julio Hernández, presidente de la Sociedad Canaria de Cardiología, explicó a EL DÍA que en el Hospital de La Candelaria ya se han instalado más de 30 marcapasos y desfibriladores cuya actividad puede controlarse mediante telemedicina.

Se trata de aparatos que mandan información de manera inalámbrica a una terminal que está en casa del paciente, conectada a la línea telefónica. La terminal manda estos datos a una central y, desde allí, se envía un email con estos datos a su cardiólogo. Si existe algún problema, envía un mensaje urgente al móvil del médico.

De esta forma, añade Hernández, los pacientes de otras islas como La Gomera y El Hierro se pueden ahorrar desplazamientos para revisiones, ya que los facultativos estarían informados a través de email y, si todo está bien, no sería necesario que el paciente se desplazara.

Otro de los temas que se trató ayer en el Congreso fue la utilización del robot Da Vinci para operar. El cirujano cardíaco de Pensilvania Juan Grau explicó que había practicado con "más de 300 animales" antes de considerarse suficientemente entrenado para usarlo con personas.

Este robot es un aparato de alta tecnología "mucho más preciso" que la mano del cirujano, aunque es precisamente él quien tiene que manejarlo. Este robot permite que en vez de abrir todo el pecho al paciente se le realicen unas punciones por las que se introducen unos tubos y se realiza la cirugía. "El postoperatorio es más corto y el paciente se recupera antes", explica Hernández.

Sin embargo, este aparato requiere mucho entrenamiento por parte del cirujano y de todo el equipo que participa en la intervención. En Canarias no hay ningún robot de estas características y Hernández detalló que "son pocos los hospitales en el mundo" que cuentan con esta tecnología complicada de usar y muy cara.