SEGÚN Trichet, responsable del Banco Central Europeo, Europa acudirá en auxilio del Gobierno socialista griego. No van a expulsar a Grecia de la Unión, sino a ayudarla. El país helénico ha conformado una serie de medidas para bajar su tremendo déficit y equilibrar su cuenta de resultados. Grecia tiene un Gobierno socialista. Zapatero se apresuró, antes incluso que la Unión Europea, a decir que España ayudaría a sus colegas con 3.000 millones de euros. La realidad es que si Grecia los pide -que aún no lo ha hecho- a los españoles nos va a costar 3.500 millones de euros este auxilio.

Lo de Grecia ha propiciado que un demacrado Zapatero haya salido de nuevo en la televisión. Todo el mundo -menos él y sus 600 asesores- sabe que está acabado. Zapatero es un cero a la izquierda en la Unión Europea, pero morirá matando. Y a los españoles nos va a costar 3.500 millones el descalabro griego. De alguna parte hay que sacarlo. ¿De dónde? De nuestros impuestos.

Ninguna de las medidas que salieron de las reuniones del palacio de Zurbano, en el que por cierto nació y vivió la Reina Fabiola de Bélgica, ha sido puesta en práctica todavía. Nos gustaría ver a quiénes, a qué empresas pequeñas y medianas irán destinados los créditos ICO que empieza a promocionar el Gobierno. Y nos gustaría saber cuántos kilos de papel serán precisos para conseguirlos. Y cuántos asesores hará falta pagar para rellenar los papeles. Y cuánto tardarán en transferir el dinero a estas empresas. Uno está harto ya de la propaganda de este Gobierno de torpes, que no da una en el clavo y que vive exclusivamente de la propaganda y del autobombo que se da. En la demagogia son especialistas los socialistas. En la demagogia y en la mentira. Esperemos que lo paguen en las próximas elecciones de una manera inexorable.

Lo cierto es que nada ha mejorado en este país, a pesar de los absurdos anuncios, que ya causan risa, de los brotes verdes, como si todo fuera una parábola propia del jardinero de "Bienvenido, Mr. Chance". Ya está bien, señores, de engañar a este país, que sigue engrosando las listas de parados y que se hunde cada día más.

Un país que se debate entre si Garzón sí o Garzón no, entre líos de los jueces y los políticos, entre peleas parlamentarias de los partidos, sin que nadie se acuerde jamás de los ciudadanos, que son los que no llegan a final de mes. Porque, ¿conocen ustedes a algún político, o a algún juez, o a cualquier otro funcionario público que no llegue a final de mes?