La Universidad y la ciudad de La Laguna recuperaron ayer, después de más de nueve años, la infraestructura que mejor simboliza el potencial cultural de la institución académica y su vínculo con el municipio que la acoge: el Paraninfo. Víctima del abandono y objeto de un prolongado proceso de rehabilitación, el histórico auditorio abrió ayer sus puertas de forma oficial -lo hizo primero en septiembre, con trabajos aún pendientes de rematar, para acoger la apertura del curso- para mostrarse en todo su esplendor como un nuevo Paraninfo y, a la vez, el Paraninfo de siempre, como ha dicho en alguna ocasión el rector de la ULL, Eduardo Doménech.

La relevancia del acto de ayer puede medirse por la nutrida presencia de representantes del mundo de la política, la cultura y la sociedad de las Islas, encabezados por el presidente del Gobierno, Paulino Rivero; el presidente del Cabildo de Tenerife, Ricardo Melchior; el alcalde de La Laguna, Fernando Clavijo, y la consejera regional de Educación, Milagros Luis Brito, además del propio rector.

"Estas paredes oyen y despiertan el día 12 de noviembre". Estas palabras están grabadas en la placa descubierta en la antesala del Paraninfo -que funcionará como sala de arte-, una ceremonia simbólica que Doménech comparó con la apertura de un pequeño telón, metáfora de uno "mucho mayor", el de la sala principal del recinto, que ayer volvió a abrirse.

Con la recuperación del Paraninfo volverá, auguró el rector, "el murmullo de los espectadores esperando entrar en la sala" y, con él, el tránsito de personas que precisan para mantenerse vivos los pasillos del edificio central, que "ha vivido años de decaimiento".

La inauguración del auditorio ofreció momentos de emoción y nostalgia -presentes en el audiovisual realizado por la ULL- y, sobre todo, la esperanza de que este teatro recobre su condición de "templo de la cultura", pero también de foro "abierto al debate, la pluralidad y la confrontación de pareceres", que ya ejerció en una época en la que estas prácticas estaban proscritas, como destacó el presidente del Gobierno.

Finalmente, la música, que siempre encontró en el Paraninfo un espacio privilegiado gracias a su magnífica acústica, volvió a sonar en el recinto de la mano de la Orquesta Sinfónica de Tenerife.