Concepción Benítez es la madre de C.B.B., que ya tiene 33 años y padece una discapacidad psíquica con trastorno de conducta desde su nacimiento, una enfermedad por la que acaba de ser calificado como gran dependiente por el Gobierno canario.

Esta mujer, que asegura que ha luchado con tesón por que su hijo tuviera la mejor atención posible, manifestó a EL DÍA que lleva toda su vida solicitando al Ejecutivo canario una plaza especializada para su hijo, porque, a falta de su existencia en el Archipiélago, el joven tuvo que vivir nueve años en un centro de Cantabria.

Según relató esta tinerfeña, "ya se ha abierto al público el centro especializado para disminuidos psíquicos con trastorno de conducta y nadie me ha comunicado si allí hay plaza para mi hijo", dijo apenada Concepción Benítez, quien asegura que ella tiene conocimiento de que ya están ocupadas una decena de plazas de esa nueva infraestructura.

El Gobierno responde

Fuentes de la Consejería de Bienestar Social consultadas por este periódico señalaron que en ningún caso se facilitan datos personales de ninguna de las personas que se encuentran en centros del Gobierno.

Respecto a la posibilidad de que este joven pudiera optar a una plaza en la nueva residencia del Hospital San Juan de Dios, en la capital tinerfeña, como solicita su madre, las mismas fuentes gubernamentales respondieron que existe una comisión de entrada, formada por técnicos del Gobierno, del Cabildo tinerfeño y expertos.

Concepción Benítez escribió en el año 2002 a la Reina de España, contándole su problema, con el fin de que intercediera por su caso. Unas semanas más tarde recibió una carta de la Casa Real en la que se asegura que se había trasladado esa queja a la Consejería de Asuntos Sociales.

No reúne condiciones

Concepción Benítez puso de manifiesto su descontento con el trato que recibe su hijo en el centro Hogar Sagrada Familia, contiguo al Hermano Pedro, que, en su opinión, no reúne las condiciones para tratar a personas con la enfermedad que padece su hijo. Dijo que el joven le cuenta todo lo que pasa en ese centro y ella duda de que existan personas especializadas para tratar ese tipo de enfermedades.

Ella precisó que su hijo ha empeorado desde que está en ese centro, "donde le ponen castigos que ninguna madre llevaría a cabo, como dejarle sin comer la merienda". Además, asegura que ha tenido crisis continuas y antes no.