Reza en Canarias una recurrente expresión popular, aplicable en los más variados contextos, que una ayuda a tiempo puede convertirse en una necesidad más tarde. Resumiendo: lo que hoy hago por ti, mañana lo harás por mí.

Así podría entenderse parte de la situación política que, previsiblemente, se vivirá este miércoles en el Parlamento de Canarias. La razón no es otra que la votación que tendrá lugar en la Diputación Permanente que se celebrará mañana y que debe decidir si el presidente del Gobierno regional, Paulino Rivero, comparece o no de forma urgente en la Cámara regional.

El motivo de la comparecencia, solicitada por los socialistas canarios, es una conversación telefónica -grabada dentro del "caso Arona"- de Rivero con el alcalde de Arona, José Alberto González Reverón, en la que, supuestamente, el presidente regional pide un trato de favor para su sobrina en las oposiciones a la Policía Local de la localidad sureña.

Sin embargo, y más allá de que la conversación de Rivero con Reverón pueda entenderse como un delito de "enchufismo", tal y como lo han definido los socialistas, la Diputación Permanente pondrá de manifiesto, una vez más, la solidez del Pacto de Gobierno entre Coalición Canaria (CC) y Partido Popular (PP).

Apoyo adelantado

Dirigentes de ambas formaciones se apresuraron la pasada semana, una vez convocada la Diputación Permanente, a adelantar la que será su postura en el órgano parlamentario de mañana miércoles. María del Mar Julios y Cristina Tavío, secretaria de Organización de CC y presidenta del PP de Tenerife, respectivamente, entre otras, criticaron a los socialistas por aprovechar la conversación de Rivero para tapar sus "vergüenzas" y por pedir la convocatoria urgente de la Diputación para un tema que, según ellas, no tiene, ni mucho menos, la urgencia denunciada.

No obstante, al margen de la celeridad con la que Paulino Rivero deba explicar o no ante la Cámara regional su conversación telefónica con el alcalde de Arona, en el rechazo a la urgencia de su comparecencia subyace el freno que nacionalistas y populares pusieron a la reprobación de José Manuel Soria en el Parlamento regional hace unos meses.

Aunque con algunas dudas por parte de algunos miembros de CC, Soria vio, en su peor momento político en la Cámara autonómica, cómo su socio de Gobierno, con Paulino Rivero a la cabeza, le tendía la mano y le ayudaba a salir del mal trago. Por eso, ahora que el jefe del Gabinete regional pasa, tal vez, su peor momento al frente del Ejecutivo autónomo, encontrará en el líder de los populares y sus acólitos a sus más firmes defensores.

El Parlamento canario vivirá mañana, por tanto, la aplicación de la popular expresión de esta tierra de "hoy por ti, mañana por mí". Falta saber quién será el próximo.