Impulsar la formación y la innovación es clave para la economía del Archipiélago. El turismo y la construcción seguirán siendo el motor, pero las nuevas tecnologías y la industria cobrarán más protagonismo, así como la agricultura. Con la intención de aportar más elementos de reflexión sobre este asunto, EL DÍA ha organizado esta semana un debate bajo el título "El cambio de modelo económico en Canarias".

Los invitados son el consejero de Empleo, Industria y Comercio del Gobierno de Canarias, Jorge Marín Rodríguez Díaz; el catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de La Laguna José Luis Rivero Ceballos; el decano y presidente del Colegio de Economistas de Santa Cruz de Tenerife, Miguel Ángel Sánchez Martín, y el director del gabinete técnico de CCOO-Canarias, José Miguel González Hernández.

De entrada, Jorge Rodríguez aseguró que "nadie o muy poca gente duda ya de la necesidad de un cambio en el modelo económico en Canarias. El sistema productivo que tenemos, no sólo el de las Islas, sino el de España e incluso el de gran parte de Europa, está agotado y necesita, sobre todo, mejorar la productividad, así como la competitividad global. Lo que está lastrando la competitividad de las empresas canarias es la baja productividad. Y para contrarrestarla necesitamos mayor conocimiento, pues nunca más vamos a poder competir con costes laborales baratos; necesitamos más valor añadido por hora de trabajo".

En consecuencia, según el consejero, "las empresas tendrán que innovar e incorporar nuevas tecnologías, así como formar y cualificar a sus trabajadores. Además, es indiscutible que, aparte, necesitamos una mayor diversificación para estar más equilibrados. En buena medida, la concentración en el turismo y en la construcción nos está haciendo más vulnerables frente a las crisis internacionales. Por ello, desde el Gobierno hemos apostado por la diversificación económica, y los ejemplos son la Estrategia de Desarrollo Industrial o el Plan Estratégico para impulsar el sector primario, entre otros, que buscan dar más equilibrio".

En su opinión, el cambio es necesario, pero "además, éste es el momento; hay que aprovechar esta oportunidad. Hace cinco años, cuando el turismo y la construcción estaban con rentabilidades de la inversión superiores al 20% y periodos de recuperación inferiores a cinco años, era muy difícil convencer a los inversores para que invirtieran en sectores de rentabilidad más moderada, periodos de recuperación más largos y con más incertidumbre. Hubiese sido deseable hacerlo antes, pero no fue posible al no darse las condiciones. La economía no se cambia por decreto, pero para nosotros la crisis es una oportunidad de cambio que debemos aprovechar".

El responsable autonómico de Empleo, Industria y Comercio insistió en que "cada vez tenemos menos oportunidades. En Canarias hemos perdido muchos trenes, pero ahora tenemos una buena situación de capitalización para aprovechar esta ocasión", que requiere, señaló, que el conocimiento abarque la totalidad de las actividades "y que todos los agentes económicos y sociales, junto con las administraciones, trabajemos conjuntamente".

Concepto engañoso

Por su parte, José Luis Rivero manifestó que "una cosa es la economía, que es la producción y distribución de bienes y servicios, y otra un modelo económico. Esto último es un modelo teórico que sirve para explicar la economía, con lo que la expresión cambio de modelo económico no tiene sentido. La economía no se modifica en un momento, sino que siempre está cambiando", explicó.

La economía de Canarias, agregó "siempre ha ido variando a lo largo de la historia. Es una economía de mercado, cuya mayor parte la hacen los empresarios con sus intereses y los trabajadores con los suyos, y luego las instituciones", por lo que "el que un Gobierno diga que va a cambiar el modelo no tiene sostén de ningún tipo. Los cambios se están produciendo constantemente".

Lo que, a su entender, sí puede hacer la Administración es "orientar para que las modificaciones vayan en un determinado sentido, y no en otro. La economía no es un mecano que uno puede modelar a su gusto. Aquí lo que no va a suceder es que una serie de actividades maravillosas vayan a sustituir al turismo y a la construcción. Eso no pasará", sentenció.

En su primer turno de intervención, Miguel Ángel Sánchez abogó por que las instituciones públicas "acometan una serie de actuaciones a corto plazo, como estimular la demanda con medidas fiscales o presupuestarias e inyectar recursos financieros al sistema que tienen que llegar tanto a la demanda como a la oferta, tanto a la familia como a la empresa". Estas medidas, vitales, en su opinión, para asentar el giro económico que pretenden llevar a cabo los gobiernos central y autonómico, deben emprenderse con "valentía", dijo.

Y estos cambios, que requieren un plazo más largo, tienen que realizarse sin descuidar "la adaptación de la capacidad productiva de las empresas al mercado al que realmente sirven", añadió.

Nivel formativo

"Las empresas deben girar en torno a la innovación tecnológica, el conocimiento, la internacionalización y la sostenibilidad. Y, aparte, hay que afrontar cambios en la cultura del esfuerzo, la calidad, la innovación y la productividad", subrayó el decano del Colegio de Economistas.

Sánchez agregó que cualquier alteración de la distribución sectorial de la economía debe mirar también a transformaciones como "la globalización económica, la multinacionalización de las empresas, los cambios tecnológicos, los nuevos fenómenos demográficos, la irrupción del conocimiento como factor clave o el desarrollo sostenible. Todas son retos que tienen que afrontarse por parte de quien tiene la capacidad para tomar decisiones", afirmó.

En opinión de José Miguel González, "lo que hay que modificar es la forma en que se generan determinados bienes y servicios -en consonancia con lo expuesto por Rivero-, cuya principal falla en Canarias y en toda economía intensiva en el factor trabajo es la baja productividad".

Ésta no debe identificarse con una incapacidad de las personas para establecer procesos productivos, sino de los puestos de trabajo, señaló, y argumentó que "el nivel formativo de las personas puede ser cualquiera, pero si el mismo no puede ser utilizado, entonces surgirán denominaciones como subempleo".

Además de estos cambios, en el Archipiélago se está estableciendo la diversificación productiva "como un fin en sí mismo", cuando, desde el punto de vista del economista de CCOO, "realmente ésta no tiene por qué ser sectorial. No hay ninguna regla que diga que si nos dedicamos un 20% a cada uno de los sectores nos irá mejor. Cada actividad productiva tiene, a su vez, una diversificación interna, y ahí habría que abrir el abanico lo máximo posible, aunque siempre teniendo una rentabilidad".

En contraposición a Rodríguez, González dijo "no estar tan de acuerdo con que una época de crisis sea la mejor oportunidad para estos cambios, porque la suficiencia financiera de las instituciones privadas y públicas no da tanto margen para equivocarse con unas determinadas inversiones".

Incidió en que "tal vez en épocas de crecimiento como las experimentadas hasta 2005, que eran de un 4,9% anual, en las que había suficiencia financiera y sobraban, entre comillas, recursos, era más sencillo dirigir institucionalmente esas políticas de inversiones".

En su segundo turno de intervención, Rodríguez dio por incontestable que "hay que aumentar la formación para las personas y la innovación en las empresas", que, dijo, deben sumarse a los esfuerzos públicos en esta materia. Necesitamos creernos capaces de innovar, aunque ya se haya mejorado muchísimo en los últimos años". También puso el acento en que "se debe producir un mayor enlace entre las cadenas de valor de los distintos sectores. El turismo será la principal actividad en los próximo 30 años, pero el resto debe estar más entrelazado con esa locomotora. No puede ser que el 90% de los insumos del sector se adquieran fuera de las Islas. Se puede servir más de la agricultura, la ganadería, la artesanía o la industria local y, por ello, estamos intentando promocionar las agrupaciones de empresas".

Pese a que la Administración puede "orientar" los cambios en la economía isleña, destacó que "salir de esta crisis es cuestión de todos. Vivimos en una economía de mercado que demanda la implicación global de todos sus actores".

Rivero aseveró que "la formación y la innovación son dos elementos que repercuten en el conjunto de la economía" y que la "ventaja" de las nuevas tecnologías "es que se adaptan bien y son compatibles con distintos tipos de actividades de producción de bienes y servicios". Instó a "verter recursos en la innovación y la formación, que están íntimamente relacionados. El sector público tiene que orientar sus actuaciones y su gasto hacia esos dos elementos, que son los transversales, los que se abren, por su efecto expansivo, al conjunto de la economía".

No obstante, admitió que "el conocimiento tampoco nos libra de las crisis. Llevamos 30 años soportando el ejemplo de tener que ser como Irlanda, y hay que ver cómo está ese país ahora mismo por la crisis. Las economías siempre tendrán crisis; no se libran de ello".

Sánchez, que secundó esta última parte de la exposición del catedrático universitario, añadió como factor clave en el giro económico de Canarias la internacionalización de las pequeñas y medianas empresas, sobre todo con la vista puesta en el mercado africano y de Oriente Próximo.

También abogó por abandonar planteamientos "cortoplacistas" como el de basar la inversión exclusivamente en el turismo y la construcción. "Así ha pasado lo que ha pasado", comentó.

Por último, el director del gabinete técnico de CCOO-Canarias apostó por que, a corto plazo, se establezcan "medidas de mantenimiento de renta de las personas, que ahora mismo son urgentes por la disminución abrupta del consumo". Es imprescindible para que a medio y largo plazo se incremente la productividad y haya una "redistribución de rentas".

Asimismo, después de resaltar que la formación hace "más elásticos" a quienes han perdido su empleo por la crisis, enfatizó que "de la totalidad de los incentivos fiscales que se ofrecen para que las empresas innoven, no se usa ni uno", lo que, a su juicio, se debe a que hasta ahora no ha habido necesidad de innovar para rentabilizar las inversiones.

Texto:MIGUEL ÁNGEL RUIZ Y JOSUÉ GARCÍA Fotos: JESÚS ADÁN