Coalición Canaria nada en un marasmo complicado de explicar entre lo que hace en Madrid y su posición en el Archipiélago. Aquí mantiene un acuerdo de Gobierno con el PP y en la capital del Estado coquetea con los socialistas ante la que se nos viene encima a los canarios, azotados como nadie por la recesión y el paro, tal y como ponen de manifiesto los datos sobre empleo hechos públicos ayer. En las Islas tratan los nacionalistas de mantener como sea su acuerdo con los conservadores, aunque sea con la imputación del vicepresidente del Ejecutivo y líder regional del PP, José Manuel Soria, de por medio. Pero su discurso no puede ser más contradictorio si se tienen en cuenta las medidas que apoyan sin ambages en el Congreso de los Diputados, rechazadas frontalmente por los populares. Tanto la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, como el presidente de CC en Gran Canaria, José Manuel Lobo, se han encargado en los últimos días de poner de manifiesto esta situación. La primera "abronca" a los nacionalistas por apoyar a Zapatero y por aceptar que se debata la reprobación de Soria mientras el segundo asegura que si él fuera el vicepresidente del Ejecutivo habría presentado su dimisión.

La cuestión es que en esta confusión que caracteriza desde siempre a la política canaria, de pronto nos encontramos con unas declaraciones de la diputada nacional por Santa Cruz de Tenerife por CC, Ana Oramas. La ex alcaldesa de La Laguna ha hecho en los últimos meses de la necesidad virtud en Madrid. Ha apoyado las principales medidas anticrisis del Gobierno socialista y ha sido clave en múltiples ocasiones -en las votaciones menos conocidas, esas que se desarrollan en las comisiones del Congreso, como la de Economía, donde su voto es esencial- para deshacer el empate entre partidarios y detractores de las recetas gubernamentales. No obstante, la señora Oramas anuncia "bronca" a Zapatero en el Debate sobre el Estado de la Nación, que está previsto que se celebre la próxima semana y en la que el presidente y su Gabinete se quedarán más solos que la una en su defensa del embate contra la crisis. Y, al parecer, Oramas no está dispuesta a echarle un cable. Cuando uno apoya ciertas políticas, se hace corresponsable de ellas. Esto debería saberlo la diputada y su compañero de escaño. No parece de recibo que anuncien ahora un discurso desabrido tras apoyar a Zapatero. Claro que las elecciones europeas están a la vuelta de la esquina. Y en política es necesario escenificar. Pero, ¿y los valores?