Tal y como se apuntó ayer en esta columna, el apagón del jueves en Tenerife ha vuelto a poner de manifiesto la precariedad de las infraestructuras de esta isla. Pero si grave es lo ocurrido qué decir de la respuesta de algunos políticos, empezando por el presidente del Gobierno canario, Paulino Rivero, quien lejos de asumir responsabilidades ha optado por coger el camino más fácil -aconsejado por su portavoz, Martín Marrero- y "pedir explicaciones a Unelco" por lo ocurrido. Una vez más, el jefe del Ejecutivo canario se ha vuelto a delatar y al igual que en otras materias ha mirado para otro lado. Ahora ha elegido a la compañía eléctrica como chivo expiatorio. Y, por si fuera poco, apuntó que lo sucedido en Tenerife "nos debe llevar a reflexionar sobre el desarrollo de las infraestructuras que afectan a los servicios sociales en territorios como el nuestro". ¿Reflexionar sobre el desarrollo de las infraestructuras en Tenerife otra vez? ¿Cuánto tiempo llevan él y CC reflexionando sobre este asunto sin hacer nada?

Además de que sus palabras reflejan que está poco informado -algo tendrá que ver en ello Martín Marrero-, no se sostiene que a estas alturas y después de haber sufrido varios apagones -recuerden la tormenta Delta-, todavía sea preciso reflexionar más sobre las infraestructuras de Canarias y, más en concreto, de Tenerife. Primero porque el mismo jueves los responsables de Unelco ya dejaron entrever de forma discreta que "una tercera central nos hubiera ayudado mucho" a restituir el suministro eléctrico. ¿Por qué esa tercera central no ha podido ser habilitada hasta este momento? ¿Tiene algo que decir el Gobierno de Canarias acerca de esta instalación o continúa meditando acerca de su necesidad?

En segundo lugar habría que preguntarle al presidente del Gobierno de Canarias sobre el papel que ha jugado durante su larga carrera política en el desarrollo de las infraestructuras del Archipiélago. Reconociendo que gracias a su labor como líder de CC y portavoz de esta formación en el Congreso de los Diputados se han logrado muchas inversiones, también es cierto que a la hora de plasmarlas no siempre ha estado a la altura de las circunstancias. Ahí está, por ejemplo, el puerto industrial de Granadilla, una infraestructura que después de tantos años hablándose de ella sigue sin poder iniciarse por culpa no sólo de los ecologistas, sino de la mala praxis del Ejecutivo canario y de la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife, dirigida muchos años por CC.