Los candidatos a emigrar de forma clandestina en cayuco siguen buscando la forma de burlar la vigilancia, sobre todo la española, instalada en las costas de Mauritania, para lograr zarpar hacia Canarias, tal y como señalaron a EL DÍA observadores internacionales en la costa africana, quienes aseguraron que otros dos cayucos están preparando su salida hacia las Islas.

Las mismas fuentes apuntaron que los inmigrantes ya han apalabrado su salida y, con toda probabilidad, han entregado el dinero a los responsables del negocio, que se quedan en tierra.

Sin embargo, indicaron que una de las dos expediciones tiene problemas con los motores, por lo que su salida podría retrasarse. En cambio, la otra está más adelantada para iniciar su travesía.

El pasado jueves, la gendarmería mauritana detuvo a un grupo de 125 inmigrantes clandestinos, de países subsaharianos, que intentaron llegar a Canarias. Estos inmigrantes fueron interceptados a bordo de una embarcación a 18 kilómetros de las costas de Nuadibú (470 kilómetros al norte de Nuakchot).

La expedición clandestina había salido de Gambia hace algunos días y fueron ingresados en el centro de alojamiento de refugiados en Nuadibú, inaugurado en octubre de 2006, en las instalaciones de un antiguo colegio, tras el acuerdo llevado a cabo con Mauritania por el que España se encargaba de reformar la instalación. Los africanos denominan a este recinto con el sobrenombre de "Guantánamo".

Está en una explanada de Nuadibú y permanece vigilado 24 horas al día por la policía mauritana. En julio de 2008, Amnistía Internacional hizo público un contundente informe en el que echaba la culpa de la situación del centro no sólo a Mauritania, que lo acoge, sino a España, promotora y financiadora. Ese informe califica este sitio de "Guantanamito" y ahí van los que son detenidos en territorio mauritano.

Ahora, en todos los cayucos se incluye un GPS y un teléfono vía satélite. Tal y como han señalado los investigadores a este periódico, con estos aparatos de tecnología captan las frecuencias de los barcos que se encuentran en su radio, como sucedió con el cayuco que llegó a El Hierro el 22 de enero, con 65 inmigrantes, a pesar de que desde Canarias se dijo que había sido un pesquero el que detectó el cayuco a la deriva.

La realidad es que la embarcación de los inmigrantes fue la que detectó al pesquero y, una vez que este se acercó y dio sus coordenadas a Salvamento Marítimo, los africanos arrojaron al mar los utensilios tecnológicos que podrían delatar que conocían la ruta hacia Canarias.

El último cayuco era bastante fuerte, con quilla reforzada y esto ayudó a soportar mejor el mar de fondo y las grandes olas que se encontraron.

Asimismo, los investigadores afirman que los inmigrantes tienen contactos en destino que les informan -gracias al teléfono vía satélite- del estado de la mar, así como de las fiestas que se acercan -Carnavales- porque puede influir en una reducción de la vigilancia en las costas canarias.

En origen ya saben que los que son localizados como presuntos patrones de los cayucos van a la cárcel y pretenden evitarlo.