Fue el protagonista de algunos momentos históricos de la sanidad pública de las Islas. Bajo su dirección se negociaron con el Estado las trasferencias y vio la luz la planificación de los hospitales del norte y del sur. 14 años después, Antonio Sierra se muestra preocupado por el futuro de los servicios sanitarios, pero no porque los consideren insostenibles, sino porque asegura que o hay un cambio en la gestión y se profesionaliza dejando a un lado los favores políticos o todo caerá igual que un castillo de naipes. "¿Privatización?, ¿qué privatización? Lo que hay que hacer es igual que se saca a concurso la comida, la limpieza o la lavandería, que alguien profesional y con conocimientos de gestión asuma la dirección de los hospitales", asegura.

¿Tiene alguna filiación política?

¡Qué va! Ninguna. Es más, dejé mi puesto porque no estaba de acuerdo con las líneas políticas, pero no entré con una trayectoria política, ni era mi objetivo, entre otras cosas porque ganaba menos dinero que con mi profesión. Era un reto.

Pues vivió una gran etapa

Sí. Las primeras transferencias me tocó negociarlas a mí cuando era consejero de Sanidad Gregorio Toledo, y justo antes de mí, Román Rodríguez fue el que las hizo. Fue una época de mucho trabajo, pero ahora me doy cuenta de que mereció la pena y que se sentaron las bases de todo lo que vino después

¿Cómo se le queda el cuerpo ahora cuando oye que hay quien pide devolver las competencias?

Yo no creo que en este momento proceda devolverlas porque sería un retroceso. Lo que hay que hacer es mejorar la gestión, porque por ejemplo, en educación invertimos muchos recursos, pero queramos o no queramos lo estamos haciendo mal porque todos los indicativos objetivos dicen que el fracaso escolar va mal. No se trata de pedir dinero y más dinero, sino de gestionar mejor. La sanidad española, a partir de la democracia, se desarrolla con una ley general que se hizo con el apoyo de todos los partidos en 1986 y que creó un modelo sanitario único y diferente de todos los demás, pero que no se ha desarrollado adecuadamente y habría que revisarlo. Nuestro modelo incluye a 17 autonomías y dos ciudades autónomas que constituyen áreas sanitarias. Tenemos la atención especializada, que son los hospitales y los CAE, antiguos ambulatorios, y la Atención Primaria, además de Urgencias....

Pero ¿a qué se refiere con revisar el modelo?

Quiero aclarar algo. Desde la independencia puedo asegurar que la sanidad española es absolutamente pública. Esto que están llamando privatización y que lleva a manifestaciones, sobre todo en Madrid, no lo es. Que la sanidad sea pública quiere decir que yo, como ciudadano, tengo una cobertura gratuita, salvo en el copago de los fármacos, pero es universal, y yo con mi cartilla sanitaria estoy en igualdad de acceder a los recursos de la sanidad que son propios y concertados. Se ataca mucho el concierto con las clínicas privadas y yo eso no lo entiendo, porque eso no es privatización. El paciente va al centro que le corresponde y le atienden como sanidad pública. Se confunde estatalizar los servicios, tener la propiedad, con utilizar servicios que están regulados por la pública. El gasto mayor de un gobierno siempre es la sanidad, ahora es el 40,7%, y de ese solo el 7% se emplea para concertar. A mí me da igual quien sea el dueño, a mí lo que me interesa es que me atiendan bien y que me atiendan igual que al que tiene más o menos dinero. Eso no es privatización, es utilizar los recursos bien.

Habla de universalidad, pero hay a quien se le está denegando la asistencia médica

La Ley de Sanidad se define como universal y gratuita, pero siempre en referencia a los españoles

Entonces no es universal...

Los únicos excluidos son los indocumentados, pero si es español sea contribuyente o no tiene su derecho; el que no lo tiene es aquel que no tiene papeles. Yo como médico siempre asistiré a cualquier paciente, y por eso no sé hasta dónde llega esa limitación, pero yo he visto la evolución del sistema sanitario y ahora ha dado un vuelco.

¿Considera que es un sistema sostenible?

En las circunstancias en las que estábamos no. Hasta 2007 el gasto sanitario en España estaba creciendo un 5,6%, muy por encima de los países de la OCDE. Nosotros, incluso con ese incremento, ya teníamos un gran déficit porque se gastaba más de lo que se ingresaba. Era insostenible sin modificaciones

Entonces, ¿está a favor de las modificaciones hechas por el gobierno del Partido Popular?

Hay que abordarlas más profundamente. El sistema sanitario no es insostenible, pero sí las circunstancias en que se estaba gestionando. En una crisis hay que realizar cambios estructurales y de gestión.

Repite mucho lo de gestión

Sí. Todos sabemos, porque pasa hasta a nivel doméstico, que con la misma cuantía hay quien organiza bien la vida suya y la de su familia y a quien con lo mismo no le llega para nada. El problema es que la sanidad en Canarias tiene unos costos más altos; para hacer lo mismo necesita más dinero. A los que les interesa Economía de la Salud saben que existe un estudio sobre gasto sanitario analizando el coste en Europa y salió que lo que otros países hacen con 100 euros en Canarias cuesta 115, pero es que no es lo mismo un territorio continental que la doble insularidad, eso significa que tenemos que crear recursos que no corresponden al número de habitantes, sino a su situación geográfica y crear un red de traslados que siempre son por avión. Eso es un dineral. Todo esto multiplica los costes en Canarias y tiene un déficit de financiación mucho más importante del que se supone que genera el turismo.

Volvamos a la gestión. Insiste en que sea profesionalizada

Sí. España tiene unos profesionales sanitarios muy bien cualificados y hay unos recursos tecnológicos de alto nivel, pero no se ha profesionalizado la gestión. Un solo hospital de tercer nivel tiene un presupuesto y un gasto superior a toda la Universidad de La Laguna, así que la gestión de esos recursos y de una plantilla de miles de profesionales necesita un equipo de dirección muy profesional. Un médico no es un buen gestor si no se ha formado en la gestión. Ha podido hacer un máster, pero necesita un ejercicio que casi ninguno lo tiene...

Además, están los cargos de confianza...

(Se ríe). He visto las manifestaciones en Madrid en contra de que se contrate la gestión mediante un concurso a empresas privadas especializadas en gestión sanitaria y han dicho que eso es la privatización, y eso es mentira, porque resulta que se puede contratar la cocina, la lavandería, la limpieza y no la gestión. ¿Cómo se está eligiendo ahora a esas personas que dirigen los hospitales? Pues siempre son personas afines políticamente o de confianza. ¿Y se supone que eso es mejor que buscar profesionales de la gestión? ¿Es eso privatizar? Yo creo que más bien lo otro es politizar la gestión, y cuando se manejan decenas de millones de pesetas y miles de personas, debe haber una profesionalidad porque es lo que garantiza la eficiencia.

Pero los propios médicos dicen que quieren participar porque se ven excluidos de la toma de decisiones

Antes de las grandes redes hospitalarias eran los médicos los que llevaban todo, pero la gestión no era complicada, pero ser médico no es la condición necesaria para ser gerente de un servicio complejo, aunque sí sea clave como director médico. Cualquier hospital está estructurado en servicios y no suelen tener mucha participación, y eso ha sido por una cuestión cultural, pero en estos momentos hay un arrinconamiento de los jefes de servicio y sus equipos.

¿Dónde cree que están las líneas rojas?

Si me quedo con lo que dicen los partidos políticos no me entero. Ninguno me lo aclara y, en la intimidad, solo he oído hablar de pedir más dinero pero nunca de utilizarlo mejor. Hay una inercia que nos lleva a que los profesionales no estén satisfechos ni los pacientes ni nadie... Pero no es solo cuestión de dinero, que parece que es en lo ''único en lo que se centran los políticos, sino de un cambio estructural. Además, cual es el programa sanitario de los partidos, pues tendrán que ponerlo sobre la mesa y hablar pero solo hablan de dinero.

¿Pero reconoce que ha habido recortes o solo ajustes?

Yo creo que lo importante es que los recortes nunca afectarán a lo esencial. La Atención Primaria es un modelo muy particular y donde se ha hecho un gran esfuerzo, aunque son necesarios acuerdos nacionales, sobre todo después del disparate de hace cinco o seis años se ampliaron todavía más las plazas de las facultades de medicina y se tira por la borda ese esfuerzo económico porque no tienen otras salidas. Somos el segundo o tercer país con más médicos por habitante y sin embargo en lo que a retribuciones se refiere estamos a la cola. Además, España no tiene una carrera profesional adecuada porque es muy difícil ascender y movilizarse. Por eso digo que se tienen que revisar el modelo porque no ha tenido desarrollo la red hospitalaria.

Pero habiendo una mayoría absoluta en el gobierno central, hasta ahora no ha habido ningún tipo de consenso...

Pero sabe qué pasa, que ese es un problema que tienen todos los partidos cuando llegar al gobierno en cualquier institución. Unos y otros...

Pues entonces no tendrá solución

Tendrá que tenerla. En su momento, tal vez por el espíritu de entonces, más liberal en el sentido de compromisos, se hicieron los pactos de la Moncloa y en sanidad siempre se ha de llegar a acuerdos, es algo que siempre he defendido. Mucho peor está el c conflicto de la educación. Insisto en que se estaba gastando más de lo que teníamos y creando un déficit porque nos daban cinco cuando yo ya en el año anterior había gastado 7. Hay que debatir.

¿Entiende que haya miedo de que desaparezca la sanidad pública o de que pierda calidad?

Hay mucha gente que está temblando porque piensa que se va a ir al paro, pese a que la directora del Servicio ha asegurado que no se va a reducir la plantilla, pero así no se puede seguir, porque nadie se pone de acuerdo desde hace muchos años ni en Madrid ni en Canarias y como junto a la educación suponen un 70% del gasto se convierten en arma política. Y pasa que sea cual sea el partido se piensan que ceder es como perder y así nos va. Pero las crisis, y esta es la más fuerte que yo he vivido, obligan al entendimiento. Entre otras cosas porque igual que se habla de la burbuja inmobiliaria hubo burbuja en todo y en sanidad también y ahora la crisis exige una racionalización.

¿Todo esto no genera desconfianza en la sanidad pública?

Sí, y eso es así porque desconfiamos de los políticos y de todo lo que está en sus manos, pero yo no creo que eso esté justificado y creo que hay que transmitir la mayor tranquilidad posible, porque el paciente tiene necesidad de tener confianza. Nunca más volverá a haber esas cantidades de dinero que un día tuvo la sanidad pública pero eso no significa que vaya a ser peor, de hecho yo estoy convencido de que servirá para desarrollarla y mejorarla, entre otras cosas porque ahora se cree que cualquier médico es bueno para dirigir un hospital y no es así.

Usted es médico, pero también paciente. Me imagino que le preocupará la lista de espera...

Creo que se podrían mejorar, pero hay que sentarse y dialogar y eso ya no es una cuestión autonómica sino estatal para ver cómo se puede y debe cambiar el modelo...

Pero ¿de qué sirve un sistema sanitario si las listas de espera son interminables?

Nos solemos fijar en las listas de espera quirúrgicas y eso significa la prolongación de bajas laborales y demás. Pero también hay que decir que España tiene el mayor número de consultas por habitante al año y se están haciendo cosas positivas como mejorar el gasto farmacéutico.

¿Para qué tantos quirófanos si lo que no hay son camas?

Antonio Sierra reconoce que acudir a un hospital en la tarde y verlo prácticamente inactivo es algo incomprensible, pero considera que es prácticamente imposible que eso vaya a cambiar, entre otras cosas porque cuando se pasó de 35 horas de trabajo semanales a 37,5 las protestas de los trabajadores fueron muy fuertes.

"En Canarias tenemos un horario peculiar: de ocho a tres. En Francia se está de 8: 30 a 13:30, se para una hora y se sale a las cinco y aquí se ha protestado hasta el aumento de las 35 a las 37 y media. Yo me opuse a esa reducción porque no somos un país suficientemente rico y porque con esa medida se necesitaban más puestos de trabajo. ¿Para qué queremos tantos quirófanos si lo que no tenemos son camas, entre otras cosas porque están indebidamente ocupadas porque no hay hospitales sociosanitarios? Por eso es difícil simplificar las soluciones.

No obstante, el experto reconoce que durante mucho tiempo las bajas laborales en sanidad eran muy numerosas.

"Hay problemas de personal. Siempre los ha habido y, aunque no guste, tengo que decir que nosotros teníamos la IT más alta de todos los hospitales con hasta un 15%, y a eso se llegó cuando se acordó pagar el 100% del salario y el INSS nos dijo que nos daba unas cantidades si las rebajamos. Por eso yo creo que de la crisis saldrán medidas para hacer todo esto más sostenible, pero me preocupa no ver una definición de cuáles son los problemas reales por parte de los partidos políticos.

Datos que asustarían si salieran a la luz

Sierra asegura que "en Canarias pasan cosas raras". "Aquí solo hemos tenido obsesión por los hospitales de agudos y los cuatro grandes lo son y algunos concertados. Sin embargo, en las últimas décadas la población ha envejecido, vive muchos más años y como nace mucha menos gente, la proporción de los mayores es cada vez mayor y ya no de los de 65 años sino de los de 80 y los costos son muy fuertes. Se trata de un tipo de paciente que tiene una dependencia fuerte, no solo desde el punto de vista sanitario, sino social, y para ellos debería haber hospitales de media y larga estancia o de crónicos como se les conoce aquí. Si se supiera la cantidad de pacientes que hay en los hospitales y que no tendría que estar ahí, la gente se asustaría, pero no hay centros para ellos... ni se prevén", dice, antes de detallar que hace 14 años formó parte de la planificación de los hospitales del norte y del sur.