El pueblo de Igueste de San Andrés, escondido entre laderas del Macizo de Anaga y a escasos 15 kilómetros del centro de la capital tinerfeña, guarda uno de los tesoros mejor conservados de la relación histórica de Canarias y Cuba. El mango, junto a otros frutos tropicales, son emblema de una de las zonas de la Isla que aún conserva su tradición agrícola.
Igueste de San Andrés
El pueblo de Igueste de San Andrés, escondido entre laderas del Macizo de Anaga y a escasos 15 kilómetros del centro de la capital tinerfeña, guarda uno de los tesoros mejor conservados de la relación histórica de Canarias y Cuba. El mango, junto a otros frutos tropicales, son emblema de una de las zonas de la Isla que aún conserva su tradición agrícola.
Igueste de San Andrés
Andrés Gutiérrez
El pueblo de Igueste de San Andrés, escondido entre laderas del Macizo de Anaga y a escasos 15 kilómetros del centro de la capital tinerfeña, guarda uno de los tesoros mejor conservados de la relación histórica de Canarias y Cuba. El mango, junto a otros frutos tropicales, son emblema de una de las zonas de la Isla que aún conserva su tradición agrícola.
Igueste de San Andrés
Andrés Gutiérrez
El pueblo de Igueste de San Andrés, escondido entre laderas del Macizo de Anaga y a escasos 15 kilómetros del centro de la capital tinerfeña, guarda uno de los tesoros mejor conservados de la relación histórica de Canarias y Cuba. El mango, junto a otros frutos tropicales, son emblema de una de las zonas de la Isla que aún conserva su tradición agrícola.
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El pueblo de Igueste de San Andrés, escondido entre laderas del Macizo de Anaga y a escasos 15 kilómetros del centro de la capital tinerfeña, guarda uno de los tesoros mejor conservados de la relación histórica de Canarias y Cuba. El mango, junto a otros frutos tropicales, son emblema de una de las zonas de la Isla que aún conserva su tradición agrícola.
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El pueblo de Igueste de San Andrés, escondido entre laderas del Macizo de Anaga y a escasos 15 kilómetros del centro de la capital tinerfeña, guarda uno de los tesoros mejor conservados de la relación histórica de Canarias y Cuba. El mango, junto a otros frutos tropicales, son emblema de una de las zonas de la Isla que aún conserva su tradición agrícola.
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El pueblo de Igueste de San Andrés, escondido entre laderas del Macizo de Anaga y a escasos 15 kilómetros del centro de la capital tinerfeña, guarda uno de los tesoros mejor conservados de la relación histórica de Canarias y Cuba. El mango, junto a otros frutos tropicales, son emblema de una de las zonas de la Isla que aún conserva su tradición agrícola.
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Andrés Gutiérrez
El pueblo de Igueste de San Andrés, escondido entre laderas del Macizo de Anaga y a escasos 15 kilómetros del centro de la capital tinerfeña, guarda uno de los tesoros mejor conservados de la relación histórica de Canarias y Cuba. El mango, junto a otros frutos tropicales, son emblema de una de las zonas de la Isla que aún conserva su tradición agrícola.
Igueste de San Andrés
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El pueblo de Igueste de San Andrés, escondido entre laderas del Macizo de Anaga y a escasos 15 kilómetros del centro de la capital tinerfeña, guarda uno de los tesoros mejor conservados de la relación histórica de Canarias y Cuba. El mango, junto a otros frutos tropicales, son emblema de una de las zonas de la Isla que aún conserva su tradición agrícola.
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El pueblo de Igueste de San Andrés, escondido entre laderas del Macizo de Anaga y a escasos 15 kilómetros del centro de la capital tinerfeña, guarda uno de los tesoros mejor conservados de la relación histórica de Canarias y Cuba. El mango, junto a otros frutos tropicales, son emblema de una de las zonas de la Isla que aún conserva su tradición agrícola.
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El pueblo de Igueste de San Andrés, escondido entre laderas del Macizo de Anaga y a escasos 15 kilómetros del centro de la capital tinerfeña, guarda uno de los tesoros mejor conservados de la relación histórica de Canarias y Cuba. El mango, junto a otros frutos tropicales, son emblema de una de las zonas de la Isla que aún conserva su tradición agrícola.
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El pueblo de Igueste de San Andrés, escondido entre laderas del Macizo de Anaga y a escasos 15 kilómetros del centro de la capital tinerfeña, guarda uno de los tesoros mejor conservados de la relación histórica de Canarias y Cuba. El mango, junto a otros frutos tropicales, son emblema de una de las zonas de la Isla que aún conserva su tradición agrícola.
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El pueblo de Igueste de San Andrés, escondido entre laderas del Macizo de Anaga y a escasos 15 kilómetros del centro de la capital tinerfeña, guarda uno de los tesoros mejor conservados de la relación histórica de Canarias y Cuba. El mango, junto a otros frutos tropicales, son emblema de una de las zonas de la Isla que aún conserva su tradición agrícola.
El pueblo de Igueste de San Andrés, escondido entre laderas del Macizo de Anaga y a escasos 15 kilómetros del centro de la capital tinerfeña, guarda uno de los tesoros mejor conservados de la relación histórica de Canarias y Cuba. El mango, junto a otros frutos tropicales, son emblema de una de las zonas de la Isla que aún conserva su tradición agrícola.