¿Por qué los hogares minimalistas transmiten orden? La explicación más simple está asociada a una lista de cosas que no supere los objetos que sean justos y necesarios, es decir, que lo primero que hay que plantearse es tener menos elementos en casa. A pesar de los disgustos que pueda llevarse, hay que ser valiente y eliminar de su oficina todo aquello que pueda llegar a ser motivador. Algo parecido hay que hacer en la habitación de los niños: el número de juguetes que ya no se usan puede llegar a ocasionar un problema grave, o en su defecto, montar una tienda en casa.

Las habitaciones hay que organizarlas con lógica; tirando de cosas similares (colores, formas y materiales) hasta construir espacios integrados y similares. Esa regla, asociada al orden, le permitirá ahorrar tiempo cuando vaya a buscar algo y, a su vez, dará unidad a tu domicilio. No importa que se trate de un tenedor o de un taladro, cada cosa tiene su lugar y esa es la regla más eficaz en los momentos de apuro, justo cuando no hay tiempo para el entretenimiento.

La basura tiene “vida propia” en un hogar. Basta que deje un papel en equivocado para atraer la mirada de los que no están acostumbrados a vivir en la anarquía. Un cajón para depositar todo lo que se queda por detrás es una buena solución de emergencias antes de plantearse un reto superior como puede ser tener que organizar los residuos domésticos.

Agrupe los deshechos en base a su forma, el material del que están elaborados o incluso peligrosidad (pilas, cristales, recipientes de líquidos tóxicos, etc)...

No almacenes

¿Quién no ha venido de la compra y ha metido una bolsa en una bolsa llena de plästicos del supermercado? El problema surge el día que percibe que tiene bolsas suficientes para los próximos semanas, meses o años. Es recomendable tener marcadas unas rutinas y no salirse de ellas. ¿Dónde guarda la ropa que no usa, el libro que debe devolver a su amigo/a en cuanto termine de leerlo, la prenda que hay que devolver en la tienda porque no le sirve o no le gusto? Todo eso debe estar planificado para no acumular disgustos. A veces, entra en la cocina y se encuentra el móvil sobre el horno eléctrico, un libro encima de la lavadora y una camisa colgando de una silla...

Aprenda a rentabilizar sus esfuerzos a partir de una pequeña lista de rutinas. Si su casa no tiene vestidor, improvise un espacio en el que poder dar forma a ese “cajón desastre”. La base principal para conservar el orden es tener constancia; repetir un día y al otro también una rutina para que su mente asimile de inmediato que las llaves no se pueden tirar sobre una mesa, la cazadora “dormir” en el sofá o abandonar un par de zapatos en medio del salón.

Algo más que una cocina

Las cocinas han dejado de ser ese lugar sacrificado en el que se pasan horas y horas preparando comidas que se consumen en un abrir y cerrar de ojos. Las cocinas de hoy son espacios amplios, cómodos e iluminados. Los fogones se han convertido en un imán para muchas personas. Los hombres ya no tienen “miedo” a experimentar con unos productos que permanecen ocultos (en neveras o estanterías) hasta que decidimos tirar de ellos. Una cocina se ha convertido en una de las habitaciones claves de una casa –todo gira en torno a ella– y los diseñadores no dejan de experimentar.