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La Restinga vuelve a temblar

Un terremoto de 3,6 se hace sentir al suroeste de la Isla | El IGN localiza los temblores a 29 kilómetros de profundidad

Imagen de archivo del Tagoro. E. D.

La actividad sísmica vuelve a rondar al volcán submarino de Tagoro. Vecinos de la localidad herreña de La Restinga percibieron al mediodía de ayer, en torno a las 13:01 horas, un movimiento sísmico de 3,6 que los especialistas del Instituto Geográfico Nacional (IGN) fijaron a 29 kilómetros de profundidad. El terremoto afectó a un perímetro próximo al edificio submarino que se formó a raíz de la erupción de febrero de 2012: este proceso se empezó a dar en octubre de 2011 en un punto situado al sur de la Isla, concretamente, a 1,8 kilómetros del muelle de La Restinga. Fuentes del IGN indicaron que durante la mañana –pasadas las 11:00 horas– se dio otro temblor, esta vez de 1,8, en una zona intermedia entre las islas de Tenerife y Gran Canaria.

Investigadores del IGN admitieron que esta es una «situación normal», ya que a lo largo del año se suelen registrar casi un centenar de movimientos sísmicos en esa franja, aunque no de la misma intensidad que el de ayer. En las últimas 72 horas, además de los episodios de El Hierro y Tenerife-Gran Canaria, en el Archipiélago se contabilizaron otros dos terremotos en Tazacorte (1,9 y 1,6 - La Palma) y en Pájara (2,5 - Fuerteventura). El ocurrido en La Restinga, pues, fue el de mayor magnitud.

Reyes, una vecina de El Pinar, estaba reposando el almuerzo cuando empezaron los temblores. «Este no fue chico», apunta con voz serena sobre un suceso que le recordó a los episodios que se vivieron hace diez años. «Ya se despertó otra vez», dijo para ella misma al ver que esta vez la cosa era algo más seria: «Hace dos meses, más o menos, ya hubo otro de los grandes... Se escuchó un ruido, el sillón [con ella encima] se echó a andar solo y todos los cuadros se torcieron», relata respecto a lo que vivió ayer. Reyes estaba sola en casa y el «meneo» no duró mucho. «Yo lo llamo un suspiro porque viene y se va sin que te des cuenta de lo que está ocurriendo».

Su casa está a unos 400 metros del muelle y en cuanto pasó todo lo primero que hizo fue llamar por teléfono a su hijo –Douglas trabaja en el Servicio de Salvamento Marítimo– para ver si estaba bien. «Me dijo que en la zona en la que estaba no se había sentido tan fuerte como aquí», repite. Al preguntarle si se había montado algo de revuelo con los vecinos, Reyes despejó las dudas sin dar demasiadas vueltas. «No le puedo decir cómo lo sintieron porque yo me quedé en casa».

«Nada relevante»

Juan Miguel Padrón Brito, alcalde de El Pinar, estaba en su despacho cuando se produjo el terremoto de 3,6. «Yo no sentí nada, pero algunos concejales sí que me contaron que lo habían percibido», cuenta sobre un suceso del que no tenía muchos más datos de los registros facilitados por el Instituto Geográfico Nacional (IGN). «Dicen que ha sido en un lugar próximo al Tagoro [es una palabra amazig que significa recinto cicular de piedras o lugar de reunión], pero no sé mucho más», añadiendo que lo que «sí ha pasado es que hemos estado hablando un rato de algo que se ha quedado en un susto. No tengo referencias de ningún tipo de destrozo», aclara sin perder de vista que este tipo de situaciones se dan con cierta frecuencia en la isla. «Eso sí, la de hoy parece que ha sido un poco mayor, aunque nada relevante», comenta el regidor piñero.

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