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Inversores en la sede del Banco de España de Las Palmas de Gran Canaria.E. D.

La fiebre por comprar deuda pública contagia a los inversores canarios

Colas en la sedes canarias del Banco de España para adquirir letras del Tesoro

v La rentabilidad de los títulos del Estado atrae hasta a los que nunca han invertido

Más de 30 personas solo en los últimos días se han acercado hasta la sede del Banco de España (BdE) en Las Palmas de Gran Canaria con un único objetivo: comprar Letras del Tesoro. Lo mismo ocurre en la de Santa Cruz de Tenerife. Un fenómeno que ha ido al alza desde antes de las navidades y que en la sede central de Madrid se traduce en colas de varias horas a la puerta o bloqueos en la web.

A primera hora de la mañana de ayer se agolpaba una pequeña masa de inversores en la puerta del organismo supervisor del sistema bancario de la capital grancanaria, antes de ellos ya habían pasado otros diez. «Es una inversión segura y ahora mismo da un tipo de interés superior a cualquier cuenta corriente», contaba uno de los interesados mientras esperaba. Siempre ha apostado por operar con renta variable, pero subraya que «no puedes meter todos los huevos en la misma cesta» y, por ello, se ha lanzado a por la renta fija. Se ha decidido, como muchos otros, al conocer a través de los medios las colas de inversores en las principales oficinas del BdE dispuestos a hacerse con deuda pública. El director de la sede del en la capital grancanaria, José Rodríguez, señala que este fenómeno ha sido gradual desde antes de las navidades.

El interés de los particulares por los títulos del Estado crece desde antes de las Navidades

Otros, los veteranos en el mundo de las finanzas, se han decido al constatar que no están rindiendo los fondos de renta variable que poseen. «Hace unos años invertí en letras del Tesoro y ahora me he vuelto a apuntar por el tipo de interés que están dando los bancos», indicaba una de las personas en la fila. Mientras este esperaba paciente su turno, una jubilada preguntaba qué hacer para ‘subirse al carro’ de la inversión en deuda pública a los agentes que controlaban la entrada. «Nunca he invertido en nada, pero he visto lo de las Letras del Tesoro y creo que invertir en el Estado es algo seguro, no pondría mi dinero en otro sitio», explicaba la mujer.

Las próximas subastas del Tesoro serán los días siete y 14 de febrero.

¿Por qué esta fiebre por la deuda pública? Cada vez son más los inversores pequeños que, para afrontar la inflación, prestan dinero al Estado para obtener un rendimiento económico.

Ya en enero, el secretario general del Tesoro y Financiación Internacional, Carlos Cuerpo, aseguró que el organismo había observado un renovado interés por la compra de deuda por parte de particulares, instituciones financieras domésticas y los no residentes.

Actualmente, las letras del Tesoro a 12 meses ofrecen una rentabilidad del 2,983 % –el más alto desde 2012– y las obligaciones a diez años, en el entorno del 3,306%. Unas cifras que superan con mucho lo que ofrece el escaparate de depósitos bancarios, cuya rentabilidad es de poco más del 0%. Prácticamente, como tener el dinero físico en el bolsillo, señalan los expertos consultados.

Por ello, la captación de dinero en los depósitos está cayendo en picado. Solo en 2022, los bancos vieron bajar la inversión de los españoles en un 16%, hasta los 63.900 millones de euros de particulares, según datos del Banco de España. En el otro lado están las Letras del Tesoro, que del 2021 al 2022 pasaron de captar 17 millones a 321 millones. Cifra que triplica la que ya se registró en septiembre, que se quedó en 99 millones.

Las letras del Tesoro rinden al 2,9% frente al poco más del 0% de los depósitos bancarios

En este escenario, los ahorradores pueden comprar letras a tres, seis, nueve y doce meses a través de cualquier banco con el pago de una comisión, en las oficinas del BdE o en la página web del Tesoro (para acceder es necesario el certificado digital o DNI electrónico). Esta última, debido a la cantidad de solicitudes de compra, el miércoles y el jueves tuvo que paralizar la compraventa y, de hecho, ayer por la mañana también se apreciaron problemas para acceder ante la saturación de usuarios. La adquisición puede ser de 1.000 euros mínimo o múltiplos de dicha cantidad.

Eso sí, no están libre de impuestos. Su fiscalidad es la misma que cualquier otro producto de ahorro. Hasta 6.000 euros se grava al 19%, entre 6.000 y 50.000 tributa al 21%, y para cantidades mayores a 50.000, al 23%.  

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