Pedro Alfonso es el nuevo presidente de la Confederación Provincial de Empresarios de Santa Cruz de Tenerife (CEOE-Tenerife). Y lo es con un amplio respaldo de las federaciones, asociaciones y entidades que integran la patronal tinerfeña. De hecho, Alfonso no tuvo rival en la asamblea general celebrada ayer en el salón de actos de la sede de la Presidencia del Gobierno. No tuvo rival en sentido estricto, ya que la otra candidata o precandidata, Victoria González Cuenca, no logró los avales necesarios para optar al cargo. La directora financiera del Grupo Chafiras reunió 32 avales, cuando hace falta casi el doble –62– para pasar el corte y poder someter la candidatura al escrutinio de la asamblea.
Sin Jorge Marichal, expulsado de CEOE tras su condena por fraude, fue Villalobos el más beligerante
Alfonso, hasta ahora secretario general de la CEOE-Tenerife, llegó a la reunión con margen de sobra: un total de 142 avales. Así que los empresarios solo pudieron votar su candidatura, que ganó por un amplio margen de 132 síes, 40 noes y 18 abstenciones. La mesa electoral –el secretario general en funciones, Eduardo Bezares, tenía la potestad para designar a los integrantes pero optó por la fórmula de la mesa de edad para que no hubiera suspicacias– propuso antes de la votación que el nombramiento del nuevo presidente fuera por aclamación, lo que no fue posible por la negativa de los representantes de las cuatro patronales sectoriales que apoyaban la candidatura de González Cuenca: la de coches de alquiler (Apeca), la de actividades relacionadas con la alimentación y artículos de consumo (Facca), la de la pequeña industria del metal (Femete) y la de los hoteleros (Ashotel). Las mismas desde las que llevan semanas denunciando presuntas irregularidades en favor de Alfonso y que ayer desmintieron tanto este como el letrado de la organización ante la asamblea.
A falta del presidente de Ashotel, Jorge Marichal, que fue expulsado de la CEOE por su condena por fraude fiscal pero que aun así ha denunciado de manera pública ese pretendido trato de favor a Alfonso, fue el presidente de Femete, Alberto Villalobos, el más beligerante contra la candidatura del ya nuevo presidente. Villalobos y José Carlos Francisco, que ayer cedió las riendas de la patronal a su hasta ahora secretario general, protagonizaron el cruce de palabras más revelador del clima con que la minoría en apoyo a González Cuenca llegó a la asamblea. El presidente de Femete pidió a la mesa electoral el recuento de avales de cada candidatura a raíz de la información publicada este miércoles en este diario en la que se adelantaba que la directora financiera del Grupo Chafiras no tenía suficientes apoyos.
-Villalobos: «Nos gustaría saber el número de avales de los candidatos, ya que el candidato Pedro Alfonso sí los conoce, por lo que hemos visto publicado hoy en EL DÍA» –en la noticia no se da el número exacto de avales y no se identifica la fuente de la información–.
-José Carlos Francisco: «Si Pedro Alfonso no supiera cuántos avales tiene no merecería ser presidente, y si no supiera restar, tampoco merecería ser presidente; así que me alegro mucho, Pedro, de que sepas contar, sumar y restar».
Antes de la votación, González Cuenca también pidió intervenir ante la asamblea para denunciar las presuntas irregularidades en el proceso electoral. Insistió en que Alfonso ha sido «juez y parte» por no haber dimitido de la secretaría general, algo que el nuevo presidente de la CEOE-Tenerife –que hasta ayer había permanecido en silencio para no alimentar el desgarro en la organización– negó de plano en su primera intervención ante los medios en el nuevo cargo. «Sí dimití», subrayó. La empresaria también recordó que Alfonso se quedó sin representado, ya que la entidad a la que este daba voz se dio de baja de la patronal el 30 de marzo, es decir, con el proceso electoral en marcha y a las puertas de la votación, y resulta que no se puede ser candidato si no se representa a un miembro de pleno derecho de la CEOE. Sin embargo, el letrado de la organización expuso ante la asamblea que Alfonso subsanó este inconveniente en menos de 24 horas; es más, aclaró que hay jurisprudencia que ampara el cambio de representado en situaciones tan extrañas como esta. El propio José Carlos Francisco intervino al respecto y dijo que, en su opinión, ni siquiera es necesario buscar un nuevo representado cuando la baja de la empresa se produce con el proceso en marcha, pero, en cualquier caso, hizo hincapié en tan «extraña circunstancia». «Ya es curioso que la empresa se dé de baja justo ese día», ahondó Francisco, que recordó que si hay una película que se titula El curioso caso de Benjamin Button, la sorpresiva baja de la empresa a la que Alfonso representaba bien podría dar para otro «curioso caso». Sea como sea, González Cuenca, que también ha denunciado que desde la organización se solicitaron avales para Alfonso como único candidato, desvirtuándose así la competencia e impidiéndole alcanzar el mínimo de 62 avales –el abogado de la patronal también negó tal extremo–, avisó que se reservan acciones legales «de toda índole» ante los tribunales. «Ahora toca esperar a lo que diga la Justicia», expuso la empresaria al término de la asamblea. En cualquier caso, y más allá de lo que tenga que decir la Justicia, el resultado de la votación, con ese 70% de apoyos al nuevo presidente, minimiza la grieta en la patronal, que se queda más bien en un rasguño y no tanto en una herida profunda.
A Pedro Alfonso lo acompañarán durante los próximos cuatro años en la directiva de la CEOE-Tenerife Eduardo Bezares, como secretario general, y cinco vicepresidentes: Abbas Moujir, de la Federación de Áreas Urbanas de Canarias (Fauca); Óscar Izquierdo, de la Federación Provincial de Entidades de la Construcción (Fepeco); José Manuel Fernández Sabugo, de Cepsa; Francisco Javier Zamorano, de la Compañía de las Islas Occidentales (CIO); y Tomás Barreto.
«No pediré perdón por presentarme»
«No voy a pedir perdón por presentarme a presidente de la CEOE». Pedro Alfonso, sucesor de José Carlos Francisco al frente de la patronal tinerfeña, terminó ayer con esa frase sus primeras palabras ante los medios de comunicación en su nuevo cargo. Alfonso ha permanecido en silencio durante las últimas semanas y no ha entrado al trapo de las acusaciones públicas en su contra y en contra de la legitimidad del proceso. No obstante, el ya presidente de la CEOE-Tenerife hizo hincapié en los argumentos con que el letrado de la patronal combatió las acusaciones de irregularidades vertidas desde la plancha encabezada por Victoria González Cuenca. «No han podido demostrar nada, se han quedado en el campo de las palabras», subrayó. Respaldado por Lorenzo Amor, vicepresidente de la CEOE nacional, Alfonso insistió así en que el equipo jurídico de la organización -reforzado con un jurista externo para la tutela del proceso- ha «desmontado» las acusaciones. | M. Á. M.
