En la actualidad existen unas 4.000 criptomonedas en el mercado, de las cuales la más conocida es el bitcoin. De hecho, grandes corporaciones como Google y Facebook han presentado recientemente su propia moneda. El bitcoin no para de subir su cotización, lo que ha atraído el interés de los inversores, pero no es noticia solo por eso.

El matemático japonés Satoshi Nakamoto, tras la crisis bancaria y con su desconfianza en dichas entidades, creó en 2008 una moneda que escapara del control de los países y de los bancos. Conceptualmente, el bitcoin no es tan distinto en su manera de funcionar del dinero actual, donde muchos pagos se hacen por transferencia/bizum/tarjetas, y se anotan en cuentas corrientes sin movimiento de dinero físico. La invención de Satoshi es una moneda que está formada únicamente por bits, en la red, en todo el mundo y sin soporte físico.

Las criptomonedas son monedas virtuales que utilizan la tecnología blockchain (secuencia de bloques) y utiliza el peer to peer, es decir, par a par. Así, cuando una persona desea realizar un pago con criptomonedas, su petición es elevada al sistema, y es el propio sistema, es decir, los usuarios de la red, los que validan esa transacción y confirman el pago. Ninguna entidad bancaria ni gobierno comprueba que el dinero existe en la cuenta del pagador y valida la operación, a diferencia de lo que ocurre con el dinero común (fiduciario). Son las personas las que validan la operación. Es un sistema basado en la democracia, de forma que, si la mayoría aprueba la operación, esta se confirma y se realiza. De ahí la gran volatilidad que puede llegar a tener esta moneda, incluso genera una cierta desconfianza por parte de los usuarios. Está en todo el mundo, no en un servidor central y es imposible de falsificar o de retroceder una transacción ya validada.

Además de la escasa regulación tributaria que existe sobre el asunto, las criptomonedas gozan de una particularidad, que es el anonimato de las transacciones. Solo es necesario un usuario y una contraseña. De la misma forma que para poder enviar información, un usuario con una cuenta de correo puede mandar información, con las criptomonedas, con un simple usuario y contraseña podemos enviar dinero. Es como el dinero en efectivo, que le pertenece a quien lo tiene, ya que los billetes no son nominativos.

Estas monedas virtuales se pueden adquirir de tres vías. La primera de ellas es de una manera originaria, lo que se conoce como actividad de minería. Se trata de descifrar el algoritmo necesario para conseguir subir un bloque al libro mayor existente en toda la red y el cual es público, y de esa forma, ganar una recompensa en bitcoins.

Otra forma de adquirir criptomonedas es una adquisición derivativa, es decir, en el mercado (como comprar divisas) a través de exchange, ewallet o cualquier plataforma de transacciones electrónicas y adquirir las mismas con una finalidad especulativa, o simplemente para mantenerla en cartera.

Por último, la finalidad para la que fueron creadas las criptomonedas, como medio de pago. Es decir, nada impide que un empleado reciba su salario en criptomonedas, si ambos están de acuerdo.

Sea cual sea la forma de adquirir las criptomonedas, es una herramienta muy utilizada actualmente para blanquear dinero. De hecho, las últimas noticias indican que cada vez es menos el dinero efectivo utilizado por los delincuentes como medio de cobro de sus actividades, por los riesgos que conlleva y la dificultad de blanquear y de movimiento. Las criptomonedas, además del anonimato, permiten mover dinero de una manera muy rápida a través de todo el mundo y con bajo riesgo de robo: es una caja fuerte que no está físicamente en ninguna parte.

A pesar de que existe una regulación cada vez más exhaustiva para intentar controlar las criptomonedas como lavado de dinero, sí es cierto que la regulación tributaria y contable es bastante escasa en España. Recientemente grandes cárteles de México han sido apresados por intentar blanquear dinero procedente de actividades delictivas a través de criptomonedas. Aquí se han visto implicadas tanto la Europol como la Guardia Civil, la DEA, etc.

Los sujetos obligados a la prevención de blanqueo de capitales deben prestar atención a operaciones que pueden ser utilizadas bajo el anonimato, de manera que deben aumentar su control. Para ello es necesario un análisis de riesgo previo, e implantar las medidas de KYC (conoce a tu cliente).

También, recientemente, con la transposición de la V Directiva al Ordenamiento Jurídico español, se han incorporado nuevos sujetos obligados a la prevención de blanqueo de capitales: los proveedores de servicios de monedas virtuales.

A nadie se le escapa la necesidad de una mejor regulación y el especial interés que tienen los gobiernos en controlar estas monedas, que son utilizadas como medio de blanqueo de capitales. Una cosa es cierta, el concepto de dinero como medio de pago está en constante evolución.