Los consejos de administración de Liberbank y Unicaja Banco aprobaron en la tarde de ayer su fusión, que dará lugar al quinto mayor banco del país por volumen de activos, con presencia en toda la España peninsular pero cuya implantación significativa se concentra en Asturias, Andalucía, Extremadura, Cantabria, Castilla y León y Castilla-La Mancha, además de Madrid.

Los actuales accionistas de Unicaja Banco suscribirán el 59,5% de la entidad resultante y los procedentes de Liberbank (entre ellos, la Fundación Bancaria Caja de Ahorros de Asturias y el grupo asturiano Masaveu) aportarán el 40,5%. Los accionistas de Liberbank recibirán una acción de Unicaja por cada 2,7705 títulos del banco de origen asturiano.

Tras el anuncio de los contactos para su fusión, el 5 de octubre, la información remitida por ambas entidades a la CNMV explican que “la fusión proyectada se instrumentará mediante la absorción de Liberbank por Unicaja Banco, con extinción, vía disolución sin liquidación, de la primera y transmisión en bloque de todo su patrimonio a la segunda, que adquirirá, por sucesión universal, la totalidad de los derechos y obligaciones de Liberbank”.

El respaldo de los dos órganos ejecutivos de ambas organizaciones desbloquea definitivamente un proyecto que ya fracasó en mayo de 2019 por la ecuación de canje de acciones entre ambos grupos y que en el último mes ha vuelto a verse sometido a una gran incertidumbre por discrepancias en la gobernanza y el reparto de cargos.

En adelante, se convocarán las juntas generales de accionistas de los dos bancos, que deberán ratifican el acuerdo, probablemente en marzo. La entrada en vigor de la integración se presume que podría ocurrir en junio como fecha límite, según lo que tarden los órganos reguladores (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, Banco Central Europeo y Ministerio de Economía) en emitir sus dictámenes preceptivos.

El grupo resultante será el quinto banco español, con activos de 108.959 millones, 9.929 empleados, 1.608 sucursales, casi 67.000 millones en depósitos y un valor bursátil de más de 1.900 millones. La entidad mantendrá la razón social de Unicaja Banco, la marca Liberbank coexistirá temporalmente con la de Unicaja –que prevalece– y la sede social oficial estará en Málaga. El ajuste de empleo de la fusión no se ha precisado pero se da por seguro, pese a que ambas entidades que durante los últimos años han realizado importantes ajustes de personal, por el impacto de las nuevas tecnologías y para salvar duplicidades –sobre todo en servicios centrales– y ahorrar costes para mantener la rentabilidad en el contexto de los bajos tipos de interés y de incremento de los costes regulatorios.

La nueva entidad aglutina los negocios financieros de las antiguas cajas de ahorros Cajastur, Unicaja, Caja Cantabria, Caja Extremadura, Caja Castilla-La Mancha (CCM), Caja Jaén y Caja España-Caja Duero (CEISS).

El levantamiento del veto por Unicaja Banco a que Manuel Menéndez, consejero delegado de Liberbank, pudiera desempeñar este mismo cargo como primer ejecutivo en el grupo resultante tras 2023, disipó en las últimas horas el riesgo de naufragio que había amenazado las conversaciones entre la entidad andaluza y la de origen asturiano en la fase terminal de su negociación. Pero el consejo de administración podría decidir lo contrario en 2023, y en ese órgano tendrá mayoría Unicaja.

Manuel Azuaga, presidente ejecutivo de Unicaja Banca, mantendrá este rango pero, coincidiendo con su jubilación en 2023, su sucesor en la presidencia ya no tendrá facultades ejecutivas.