Juan Manuel Suárez del Toro ha sido absuelto por la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional junto con los otros 33 acusados por la salida a Bolsa de Bankia en julio de 2011, tal y como recoge la sentencia del juicio conocida ayer. El que fuera presidente de la Caja Insular de Ahorros de Canarias (La Caja) queda, por tanto, eximido de culpa por la salida a Bolsa de Bankia, ya que según el fallo esta decisión contaba con el beneplácito de todos los supervisores (Banco de España, Comisión Nacional del Mercado de Valores, FROB y Autoridad Bancaria Europea).

Cabe recordar que Suárez del Toro fue el primer imputado del caso Bankia en declarar en la investigación por la falsedad de las cuentas anuales de 2010 y 2011, además de por estafa a los inversores del banco por la salida de la entidad a Bolsa en julio de 2011 con información falsa. El directivo se defendió por entonces aludiendo a que su "misión" en Bankia "era acudir a las reuniones" y votar lo que le indicaban sus compañeros, entre los que se encontraba Rodrigo Rato, expresidente de la entidad y ex director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), que también ha quedado absuelto de delito.

Suárez del Toro, que al margen de su faceta financiera fue el presidente de la oenegé Cruz Roja Española entre los años 1994 y 2015, es ingeniero industrial por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y comenzó a trabajar en una empresa de transporte antes de dar el salto a la presidencia de La Caja. A él le tocó estar al frente de la Insular, como le ocurriera a Álvaro Arvelo en la otra gran caja de ahorros de la Comunidad Autónoma, la antigua CajaCanarias, cuando comenzó el proceso de concentración y reestructuración del sector bancario, que en realidad fue más bien el principio del fin de las cajas.

Aunque entonces hubo quien apostó por la fusión de La Caja y CajaCanarias en una sola entidad financiera de obediencia estrictamente regional, una y otra siguieron su propio camino. Mientras que la segunda acabó por ser parte constituyente de una Banca Cívica de efímera trayectoria (se integró en CaixaBank en agosto de 2012), la Insular, con Suárez del Toro a los mandos, fue parte del germen de Bankia. La idea inicial era que Bankia solo sería la marca comercial del Banco Financiero y de Ahorros (BFA), un Sistema Institucional de Protección (un SIP, lo que entonces se bautizó como fusión fría) fruto de la unión de los negocios bancarios de hasta siete cajas de ahorros: Caja Madrid, Bancaja, La Caja de Canarias, Caja de Ávila, Caixa Laietana, Caja Segovia y Caja Rioja.

Del SIP a CaixaBank

Aquella fusión fría desembocó, no tras pocos avatares, en la salida a Bolsa de Bankia, para lo que fue necesario que Rodrigo Rato ideara un plan para que los problemas de sobrexposición a activos tóxicos inmobiliarios que padecía el BFA no echara por tierra el desembarco en el parqué. Suárez del Toro es uno de los siete directivos de las cajas que germinaron Bankia que aparecen en la famosa foto después de que Rato tocara la campana del Íbex 35.

"Desconocía los aspectos técnicos, mi misión era asistir a las reuniones del consejo", afirmó Suárez del Toro ante el juez según relataron fuentes de la acusación durante el juicio del que finalmente ha resultado absuelto. Por los viajes para asistir al consejo de administración de la entidad cobraba unas dietas de 163.000 euros al año, que entregó íntegras a La Caja, como consta en las cuentas de la entidad. Por ello rechazó haberse enriquecido durante su etapa como consejero. Durante su declaración ante los magistrados, siempre defendió que actuó "confiando" en Rodrigo Rato.

Suárez del Toro aseguró ante el juez que nadie le informó de las advertencias realizadas por la auditora Deloitte sobre el estado de Bankia cuando se aprobaron en la fecha indicada.