Las rebajas de la actual campaña no cumplen las expectativas. No, principalmente, en moda y complementos. La ausencia de actividad social, el mayor ahorro de los hogares y la baja presencia de turistas conduce al sector comercial a cerrar una temporada de descuentos "desilusionante". Las perspectivas eran altas al principio por el gran volumen de mercancía en promoción -el objetivo era dar salida al alto stock acumulado durante los meses de confinamiento- y las elevadas reducciones de precio. No ha sido suficiente. Las previsiones se han desinflado por el camino al constatar una caída media de las ventas de entre el 25% y el 30%. La pandemia, por tanto, también contagia a las rebajas.

El sector comercial da por mala la campaña a tres semanas de su finalización. Los artículos de confección, el gran atractivo de esta acción promocional del verano -con el añadido de que las colecciones de primavera-verano estaban prácticamente intactas-, no han tenido tirón. El secretario general de la Asociación Canaria de Medianas y Grandes Empresas de la Distribución (Asodiscan), Alfredo Medina, señala que el ritmo de ventas ha estado un 25% por debajo de lo esperado. La incertidumbre económica que ha generado la crisis del coronavirus ha desembocado en un recorte del consumo, que se ha centrado más en la renovación de los equipamientos del hogar. "El público está comprando bienes duraderos como muebles, electrónica, televisores... Con el confinamiento hemos visto las cosas que queremos mejorar de la casa, no tanto por si viene otro, sino por renovar", esgrime Medina.

La ausencia de eventos, la disminución del ocio y las salidas a bares y restaurantes, así como el sacrificio de las vacaciones para evitar posibles contagios son algunos de los factores a los que apunta el sector para explicar la baja demanda de productos de textil. "Se está vendiendo", recalca en cualquier caso el secretario general de Asodiscan, "pero menos".

La caída del turismo -sector que representa el 35% del Producto Interior Bruto (PIB) y general el 40% de los empleos- también golpea al comercio. Canarias perdió durante el primer semestre del año -entre enero y junio- unos 3,87 millones de visitantes extranjeros y 4.794 millones de euros de gasto. Tras el inédito cero turístico anotado por las Islas por el obligado cese de actividad al que condujo el coronavirus, el principal motor de la economía canaria sufrió un nueve revés en medio de su paulatina recuperación. A una semana de finalizar julio, el Gobierno de Reino Unido, el primer mercado emisor de turistas del Archipiélago, impuso una cuarentena de dos semanas para los viajeros procedentes de cualquier punto de España, incluso Canarias. No solo los hoteles sufren las consecuencias del retroceso de visitantes, sino que también las cajas de las tiendas se resienten.

La región registró en junio la segunda mayor caída de las ventas minoristas del país, con un descenso del 11,9% en comparación con el mismo mes de 2019. Solo Baleares superó, con una caída del 21%, este retroceso, según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Las cifras ponen de relieve, una vez más, que las comunidades más dependientes del turismo son las más dañadas por el freno económico que produjo la irrupción de la pandemia.

La vista en el 'black friday'

El secretario general de la Federación de Áreas Urbanas de Canarias (Fauca), Abbas Moujir, indica que agosto está ya "prácticamente perdido". Septiembre, con la vuelta de la actividad escolar, "es una incógnita", por lo que depositan todas las esperanzas en el último tramo del año, donde se ubican las campañas del black friday y Navidad. El bajón de las ventas, según apunta, alcanza al 30%. "Si terminamos el año con una caída por debajo del 10% podemos estar satisfechos", asegura.

Moujir recuerda, además, que la liberalización de las rebajas a partir de 2012 neutralizó el efecto llamada que las mismas conseguían antes de tal flexibilización. A esta realidad se suma la apuesta de muchos comercios por encadenar ofertas y descuentos desde el inicio de la desescalada. "El concepto de rebajas está ya desvirtuado", sentencia.

El último boletín sectorial de coyuntura elaborado por el Servicio de Estudios de la Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife recoge que el Archipiélago perdió 1.231 comercios durante el segundo trimestre -que abarca abril, mayo y junio, los meses durante los que estuvo en vigor el estado de alerta sanitaria decretado en marzo- en comparación con el mismo periodo de 2019. El declive de la actividad comercial también queda reflejada en el descenso del 5% en el índice de ocupación.

El futuro del sector es incierto. Medina sostiene que hay expectativas e incertidumbres al mismo tiempo de cómo pueda transcurrir el último trimestre del año porque el comercio es consciente de que su buena marcha depende de la evolución que tenga la propia crisis abierta por la Covid. "El objetivo es cerrar el año lo mejor posible", concluye.