"El día va a ser largo, no cabe duda, pero espero que esta noche pueda dormir en casa, ya que me han asegurado que hoy podré salir de Mallorca". Más de mil turistas británicos se han concentrado esta mañana frente a los mostradores de una compañía aérea en el aeropuerto de Palma, esperando que el personal contratado por la empresa Thomas Cook pudieran reubicarles en otros vuelos. Algunos tuvieron que esperar varias horas de pie esperando a poder facturar sus maletas, pero lo más afortunados consiguieron subir al avión que despegó alrededor de las doce del mediodía con destino a Birmingham. Desde allí, los pasajeros serán trasladados por carretera hasta Glasgow, un viaje que puede durar más de seis horas.

Michael, tras pasar una semana de vacaciones en Mallorca, esperaba a que le tocara su turno. Estaba de pie, vigilando su maleta. Compró las vacaciones hace varios meses y "no había escuchado ningún rumor de que la compañía fuera mal. Me he enterado esta mañana cuando me han dicho que habían cancelado mi vuelo". El joven británico tampoco se mostraba especialmente preocupado por la situación, ya que "me han asegurado que podré volver hoy, aunque no sé la hora". Debido a los problemas que le ha supuesto la quiebra de la compañía británica, el turista criticó la falta de información por parte de algún empleado del touroperador, una labor que tuvo que realizar trabajadores contratados por el gobierno británico, y que se identificaban por llevar puesto un chaleco amarillo con la bandera de su país.

"¿Dónde está el dinero?, me pregunto, porque yo pagué hasta la última libra que me pidieron para poder disfrutar de estas vacaciones y ahora parece que Thomas Cook no ha pagado a sus proveedores". Margaret, una mujer británica que también iba a ser reubicada en el primer vuelo, se mostraba especialmente dolida, no solo por los inconvenientes personales que le ocasionó la quiebra de la empresa, sino la imagen que representaba para la economía de su país la desaparición de esta compañía. La turista se mostró satisfecha por la reacción que había tenido el gobierno británico por esta situación, ya que "me consta que se ha encargado de organizar el regreso de todos los pasajeros".

María, la única pasajera española que había contratado el vuelo que salía rumbo a Gran Bretaña a las diez de la mañana, finalmente optó por marcharse a casa, ya que pese a que inicialmente le había ofrecido que la reubicarían en el primer vuelo, al final solo le aseguraban viajar por la noche a Manchester. La mujer detalló que anoche consiguió la tarjeta de embarque y que ha sido esta mañana "cuando me he enterado de la situación. En los paneles de información del aeropuerto solo indicaban que los vuelos estaban retrasados, cuando en realidad estaban cancelados".