Miles de viajeros y el sector turístico canario se mantienen en vilo ante la crítica situación del turoperador británico Thomas Cook. La quiebra de la compañía, que trae a Canarias más de 4 millones de visitantes al año, lleva a las Islas a su peor crisis turística de este siglo. La caída de la multinacional deja 25.000 turistas atrapados en hoteles de Canarias. Durante la jornada de ayer los directivos de la compañía mantuvieron reuniones de emergencia con accionistas y acreedores para buscar una salida in extremis, mientras los turistas empezaban a tener problemas en sus destinos. Ya durante la madrugada, la CAA, corporación estatal cuyo propósito es supervisar y regular todos los aspectos de la aviación civil en el Reino Unido, anunciaba el cese de operaciones de la compañía con efecto inmediato y la cancelación de vuelos, vacaciones y reservas. En Canarias el golpe es de imprevisibles consecuencias para el principal sector económico de las Islas, tras dos años de cierres de aerolíneas como Air Berlin, Germania, Niki, Small Planet o Monarch.

Thomas Cook es el segundo operador turístico con mayor peso en las Islas. Entre enero y agosto de este año llegaron 2,6 millones de visitantes de la mano de Cook, fundamentalmente británicos. Esta quiebra agrava los problemas del sector del Archipiélago, que lleva varios meses encadenando bajadas de turistas alemanes, hasta un 24,6% en agosto con respecto al mismo mes del año anterior. Sin embargo, el mercado británico se ha mantenido prácticamente igual en el último mes, por lo que el cierre de Thomas Cook haría temblar al sector de cara a la temporada de invierno porque el Reino Unido es el principal mercado emisor de turistas al Archipiélago.

En las últimas horas se ha sabido que una buena parte de los principales grupos hoteleros españoles, entre ellos los mallorquines y los canarios, se han unido en torno a una propuesta del presidente del grupo Iberostar, Miguel Fluxá, que les ha convencido de que renuncien a reclamar al turoperador una deuda cercana a los 100 millones de euros buscando convertirla temporalmente en capital del grupo para intentar con ello que los bancos acreedores den una prórroga al gigante turístico. De esta forma, los hoteleros han conseguido mandar una propuesta conjunta a los negociadores de la crisis financiera que vive Thomas Cook, y esta incluiría que en la conversión de deuda por capital los españoles contasen con dos asientos en el consejo de la compañía.

Repatriación masiva

Mientras tanto, el Gobierno de Londres se prepara para una repatriación masiva de turistas desde sus puntos de destino, incluida Canarias. Frente a la petición urgente de la compañía realizada el sábado al Ejecutivo británico para inyectarle 200 millones de libras, las autoridades preparaban ayer los planes de contingencia para garantizar el retorno de los clientes de Thomas Cook al país, algo similar a lo sucedido en 2017 con la aerolínea Monarch, que afectó a más de 100.000 turistas, 2.000 de ellos en Canarias. En ese momento el Gobierno británico se tuvo que hacer cargo de ellos, algo que volverá a suceder ahora. De hecho varias aerolíneas, entre ellas British Airways, se están preparando para asumir a los viajeros fletando aviones para recogerlos en sus destinos.

Durante la tarde de ayer, portavoces de Thomas Cook indicaron que comprenden la "inquietud" de sus clientes y aseguraron que, por ahora, sus vuelos "continúan operando con normalidad". Desde diferentes sindicatos -como Unite o el de trabajadores de transporte- instan ahora al Ejecutivo a que interceda, al tiempo que Balpa -el grupo que representa a los pilotos de aerolíneas- piden al Gobierno que asegure que el banco RBS -en su mayoría nacionalizado- retire su exigencia económica al grupo.

Por su parte, un portavoz gubernamental afirmó ayer que si bien las "circunstancias financieras de negocios individuales son un asunto comercial, el Gobierno y la Autoridad Civil de Aviación siguen de cerca la situación".

Las dudas en torno al futuro de la compañía ya están afectando directamente a los turistas. En Túnez hay denuncias de que algunos hoteles no dejan marchar a los clientes de Thomas Cook hasta que no cobren la deuda que mantienen por los servicios prestados. A un grupo de turistas alojados en el complejo de playa tunecino Les Orangers, en la ciudad de Hammamet (cercana a Túnez), los dueños del hotel les han impedido abandonarlo hasta que hayan sido abonados todos los costes extra derivados de su estancia.

Muchos de esos clientes se niegan en redondo a pagar "tasas extra" pues ya lo han hecho previamente mediante el touroperador, que es el que debe dinero a los complejos. En declaraciones a la emisora Radio 5 Live, Ryan Farmer, uno de los afectados, aseguró que se sienten "exactamente" como si estuvieran "retenidos como rehenes".

En Canarias, miles de turistas, la patronales del sector, el Gobierno canario y los hoteleros están pendientes de cómo se resuelve la situación de Thomas Cook y las alternativas que se ponen sobre la mesa ante la temporada de invierno con paquetes vacacionales ya cerrados por parte del operador con los establecimientos de las Islas. Los hoteleros afrontan una de las mayores amenazas que jamás se ha registrado pues nunca un turoperador del volumen de Thomas Cook se encaminaba a dejar deudas pendientes de tanta dimensión a lo largo de los principales destinos de costa nacional, sumado ello a una temporada por debajo de lo esperado en rentabilidad.

Uno de los desencadenantes de la crisis de Thomas Cook es que no se ha adaptado al cambio de modelo en el negocio turístico, con miles de turistas que ya planifican sus vacaciones a través de internet. Ya desde 2018 el operador británico estaba acumulando deudas que no han hecho sino incrementarse pero a las que no se había buscado una solución definitiva hasta que ha llegado el colapso de la liquidez.