El Gobierno central invirtió el año pasado solo seis de cada diez euros consignados para obras en Canarias. Hasta un 40% de los fondos destinados para la Comunidad Autónoma en el capítulo VI de los presupuestos generales del Estado se quedó, por tanto, sin gastar. O cuando menos no se gastó en inversiones en el Archipiélago, que es para lo que estaba previsto inicialmente. Casi 110 millones de euros que sobre el papel debían mejorar las infraestructuras portuarias y aeroportuarias, servir para la explotación de la Plataforma Oceánica de Canarias o incluso para modernizar las instalaciones de Radiotelevisión Española en las Islas, entre otros muchos fines, y que, sin embargo, o no salieron de Madrid o se desviaron por el camino. Y aunque la inejecución o baja ejecución presupuestaria del Gobierno central no es un hecho que afecte únicamente a la región (de hecho es una queja generalizada de las autonomías), no es menos cierto que los dineros que acaban por no invertirse en el Archipiélago son cada vez más cuantiosos.

Los datos de la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE), organismo que depende del Ministerio de Hacienda, son los que permiten ver las diferencias entre lo que se pone en los presupuestos y lo que verdaderamente se hace. La IGAE elabora anualmente un informe sobre las inversiones de la Administración General del Estado, de sus organismos autónomos y entidades vinculadas y del resto del sector público estatal, como las fundaciones y empresas públicas, en las distintas regiones del país. Un análisis en el que compara las cantidades anotadas para cada territorio en el capítulo VI, esto es, el correspondiente a las inversiones reales, con las cantidades efectivamente gastadas al cierre de cada ejercicio. Aunque Canarias es una de las comunidades que menos fondos reciben vía capítulo VI (por el contrario tienen más peso las transferencias de capital, es decir, el dinero que el Estado envía al Gobierno autonómico para que sea este el que lo invierta), el montante para 2018 no era desdeñable. En total, algo más de 268,5 millones de euros. Esa es la suma de las partidas que figuran en el anexo de inversiones reales de los presupuestos del Estado para el anterior ejercicio, los mismos que rigen este año por la incapacidad del Gobierno de Pedro Sánchez para aprobar sus propias cuentas. Más de 268 millones de los que, sin embargo, solo se invirtieron 161,1.

La cuantía exacta que finalmente no se empleó asciende a poco más de 107,4 millones de euros. Son tres millones más de los que se quedaron sin gastar en 2017. De hecho, las cifras de la IGAE ponen de manifiesto una aparente paradoja. No en vano, las cada vez mayores partidas que el Gobierno central de turno consigna para inversiones directas en las Islas (al crecer los presupuestos crece la inversión, en general, en todos los territorios) son en realidad una trampa. ¿Por qué? Porque la parte que al final de cada año permanece sin gastar no solo es cada vez más importante, sino que aumenta a mayor ritmo que los fondos que inicialmente se anotan en las cuentas. En otras palabras: se gasta menos con más. Al menos así viene ocurriendo en el caso de Canarias en los últimos años. La inversión prevista en la Comunidad Autónoma en los presupuestos de 2015 no llegaba a 248,7 millones de euros. Unos 20 millones menos de lo consignado en las cuentas vigentes. De ese total, al cierre del ejercicio se habían invertido casi 167,2 millones de euros. Así pues, solamente se quedaron sin usar alrededor de 81,5 millones, o lo que es lo mismo, algo menos de un 33%. En definitiva, con 20 millones menos que el año pasado se gastaron seis más.

El informe de la IGAE, al que ha tenido acceso este diario, muestra que son las empresas públicas las responsables de la mayor parte de las inversiones en Canarias. La inversión prevista por el Grupo Enaire, la entidad adscrita al Ministerio de Fomento más conocida por su anterior denominación, Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA), se calculó para 2018 en unos 114,6 millones de euros. Pero efectivamente se gastaron poco más de 82 millones. En este caso se empleó un nada despreciable 72% del dinero presupuestado, pero su peso en el global es una de las causas de la baja ejecución.

Un nivel de ejecución que es bajísimo en el caso de las inversiones previstas por Puertos del Estado. Para el ente dependiente de Fomento y las dos Autoridades Portuarias de las Islas se consignaron 122 millones de euros, pero realmente se invirtieron 44,3 millones. Se quedaron así ociosos prácticamente un 64% de los fondos anotados en las cuentas públicas estatales, o lo que es lo mismo: solo se usaron para el fin previsto unos 3,5 euros de cada diez.

Otro ejemplo es el de la partida para la explotación de la Plataforma Oceánica de Canarias (Plocan), que contó con 3,4 millones de euros de los que se invirtieron finalmente 1,6 millones.