Con la irrupción de las tiendas online, la logística en el almacén está cambiando a pasos agigantados. Desde la recepción de la mercancía hasta su salida, el inventario juega un papel clave en la organización. Porque, a mayor planificación, menor será el gasto y el tiempo invertido.

De este modo, tanto en almacenes con stock para venta a intermediarios o bien de reparto directo al cliente final, las empresas comienzan a prestar cada vez más atención a la implementación de un sistema de organización que englobe todo el proceso de almacenaje.

Elementos clave en la organización de un almacén

Pero, ¿cómo se lleva a cabo una correcta y eficiente organización?

En primer lugar, es necesario escoger los sistemas adecuados de almacenamiento. Dependiendo de la mercancía a almacenar las empresas se decantan por la paletización o las estanterías metálicas, que se deben escoger en función del peso que deberán soportar. En este sentido, las estanterías Ractem ofrecen la necesaria calidad industrial a un precio muy competitivo.

Otra de las claves para un correcto almacenamiento es la utilización de un determinado método de gestión de mercancía. Los más conocidos son el FIFO (del inglés “First In, First Out”) y el LIFO (“Last In, First Out”). En el primero y más utilizado, el lote de stock que primero entra, sale primero. En el segundo, el último en entrar es el primero en salir, por lo que se utiliza en pocas ocasiones y sobre todo para productos no perecederos que no caducan ni pierden valor.

En tercer lugar, el reparto de las funciones del personal es muy importante para conseguir una mayor productividad. Se dividen básicamente en la recepción de los productos y control, almacenamiento, mantenimiento del stock, preparación de pedidos y expedición.

Finalmente, es imprescindible contar con un inventario optimizado y que sea actualizado continuamente. Incluir el código, el tipo de mercancía, la unidad de medida o la ubicación exacta es básico.

¿Qué beneficios implica organizar correctamente el almacén?

Con un correcto registro de almacén es posible evitar muchos errores, como que se produzcan ventas de artículos que ya no están en stock.

En la misma línea, controlar las entradas, salidas y unidades existentes permite identificar cuáles son los productos que menos se venden y da margen para establecer una estrategia de ventas, como descuentos y liquidaciones.

Finalmente, a nivel organizativo el control de inventarios hace posible detectar cualquier pérdida de mercancía o incluso de posibles robos.

Pero, ¿cómo se traduce económicamente este control de inventarios? Sin lugar a dudas, la planificación redunda en el ahorro, ya que se evitan costes innecesarios derivados de los errores de cálculo.

Por ejemplo, conocer exactamente qué número y qué unidades de mercancía salen del almacén permite ahorrar el dinero de movilizar más medios de los necesarios para su transporte. O que el trabajador pueda llegar fácilmente al lugar donde exacto donde se encuentra la mercancía para el picking y conozca la cantidad exacta que debe coger ahorra mucho tiempo. Algo que se traduce en productividad y, finalmente, en dinero.