Los mártires de Chicago

Los mártires de Chicago

Los mártires de Chicago / ED

Lara de Armas Moreno

Lara de Armas Moreno

Este miércoles, 1 de mayo, se celebró el Día Nacional de los Trabajadores y esto se lo debemos a los mártires de Chicago, también conocidos como los mártires de Haymarket.

El 1 de mayo de 1886 los obreros de miles de fábricas pedían «ocho horas para trabajar, ocho horas para dormir y ocho horas para la casa». Para honrar esta demanda, comenzaron una huelga en todas las fábricas de Chicago. La Ley Ingersoll contemplaba esta jornada, pero no se aplicaba para los obreros industriales que debían soportar más de doce horas diarias de trabajo.

La prensa y la opinión pública no apoyaron las demandas de los obreros. El 29 de abril, ante la amenaza de huelga, el New York Times tachó de anarquistas a los trabajadores de las fábricas y sugirió que después de la jornada de ocho horas pedirían más cosas «locas».

El 2 de mayo tuvo lugar un evento violento, cuando los obreros manifestantes atacaron a los esquiroles en una batalla campal que se cobró seis muertos y decenas de heridos.

La prensa se posicionó definitivamente en contra del movimiento obrero. Periódicos como el Chicago Tribune tildaron a los huelguistas de malhechores. En uno de sus diarios se podía leer lo siguiente: «¡A la horca los brutos asesinos, rufianes rojos comunistas, monstruos sanguinarios, fabricantes de bombas, gentuza que no son otra cosa que el rezago de Europa que buscó nuestras costas para abusar de nuestra hospitalidad y desafiar a la autoridad de nuestra nación, y que en todos estos años no han hecho otra cosa que proclamar doctrinas sediciosas y peligrosas!».

El ambiente se fue calentando y el 4 de mayo lanzaron a la policía un artefacto explosivo durante la revuelta de Haymarket. En este evento, que generó una escalada de la violencia que se cobró la vida de 38 obreros y dejó 115 heridos, se juzgó a muerte a cinco trabajadores y se encarceló a tres más. Unos pocos días después, la patronal terminó por aceptar la jornada de 8 horas con el fin de acabar con la huelga.

El 21 de junio del mismo año dio comienzo un juicio sesgado por la opinión pública y la presión de la prensa. Prácticamente se juzgó a todos los obreros por el lanzamiento de la bomba. El juicio, que comenzó teniendo 31 acusados, terminó por tener solo ocho. Las penas fueron las siguientes. Oscar Neebe, 15 años de trabajos forzados; Samuel Fielden y Michael Schwab, cadena perpetua; Adolf Fisher y George Engel, pena de muerte; Albert Parsons, ahorcamiento; Louis Lingg y August Spies, pena capital.

Spies dijo antes de ser asesinado: «La voz que vais a sofocar será más poderosa en el futuro que cuantas palabras pudiera yo decir ahora».

El 11 de noviembre fueron a despedir a los condenados a muerte 25.000 simpatizantes de la causa. Más tarde, el gobernador de Illinois, John P. Altgeld, liberó a los presos que no habían sido asesinados y se demostró en un juicio posterior lo tendencioso de todo el proceso judicial anterior.

En 1889, el Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional tomó el 1 de mayo como día Internacional de los Trabajadores para honrar a los obreros mártires de Haymarket.

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