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Activismo de riesgo

Luchas feministasen Oriente Próximo

Las mujeres de la otra orilla no solo sostienen la vida, también combaten las opresiones que las silencian y niegan los derechos colectivos No solo se rebelan contra el patriarcado feroz, también contra el colonialismo, la ocupación y el intervencionismo occidental

La joven activista Wafa Mustafa lleva ocho años buscando a su desaparecido padre IDEA: EVA DOMÍNGUEZ ILUST.: SILVER LARROSA

La revolución feminista está ocurriendo en la otra orilla del Mediterráneo. En Oriente Próximo, sus protagonistas son mujeres diversas, ateas y devotas, supervivientes, mujeres de distintas clases sociales. Pese a las diferencias entre los países que componen la región, en todos ellos las mujeres son su motor de cambio.

Desde Irán hasta Palestina, pasando por el Líbano, Siria o Irak, la mitad de sus poblaciones sostiene la vida pero también la sufre, la batalla y la mejora.

Más de un frente

Durante los últimos años, se han hecho oír las voces de activistas que luchan de forma incansable. Su revolución no es solo contra un patriarcado feroz, sino también contra el colonialismo, la ocupación y el intervencionismo occidental que deciden los destinos de sus pueblos.

Algunas voces suenan más fuerte que otras para así servir de faro para las demás. Aquí están algunas de ellas como rostros de las luchas por conquistar. Muchas ya han ganado algunas batallas. Otras perseveran.

Uno de los reclamos más compartidos entre la población femenina árabe de Oriente Próximo es el derecho a dar la nacionalidad a sus hijos. Cuando una libanesa o una jordana se casan con hombres extranjeros, sus retoños no tendrán la nacionalidad de la madre.

Esto genera que en países como el Líbano haya unos 60.000 apátridas sin acceso a la seguridad social ni a la herencia, entre otras privaciones. Esta lucha colectiva cruza fronteras ya que parte de una concepción de la familia y el linaje que solo lo transmite el padre.

«Este tiempo de pandemia ha sido particularmente violento para las defensoras de los derechos humanos», reconoce Rothna Begum de Human Rights Watch.

En pie, dispuestas a luchar por las que vendrán, estas mujeres son una amenaza para el sistema. A menudo, se ven forzadas a abandonar sus países de origen y buscar refugio en lugares ocultos para seguir defendiendo los derechos de las mujeres. El eco de sus voces bravas y diversas ya alcanza la otra orilla de la Mediterránea

Siria

Ocho años buscando a su padre

Una década después de la revolución siria, la brutalidad del dictador Bashar al Asad ha vaciado a su país de gente. Poco queda de aquel espíritu de cambio que movió a la juventud a soñar con una Siria mejor. Muchos de aquellos valientes han desaparecido y sus familiares, liderados por madres, hermanas e hijas, llevan años buscándolos de forma persistente. Ahora ese trabajo solo puede hacerse desde el exilio. La joven activista Wafa Mustafa lleva ocho años buscando a su desaparecido padre, un defensor de los derechos humanos que fue detenido en 2013. Desde Berlín, presiona a la comunidad internacional para conocer el paradero de las decenas de miles de desaparecidos por la fuerza durante la última década en Siria.

Palestina

La niña que plantó cara al ocupante

Luchasfeministasen Oriente Próximo

Desde la cuna, las niñas palestinas conviven con la violencia, en forma de controles, detenciones arbitrarias, bloqueos y restricciones a la libertad por parte de Israel. Muchas mujeres ponen su cuerpo al servicio de la lucha.

Con apenas 16 años, Ahed Tamimi fue encarcelada en una prisión israelí. Su vídeo abofeteando a un soldado israelí en su casa se hizo viral y esa adolescente se convirtió en un símbolo de la tenaz resistencia palestina. “Estaré más feliz cuando todas las mujeres palestinas sean liberadas de las cárceles de la ocupación israelí”, declaró tras ser puesta en libertad.

Marruecos

El rostro (sin querer) de las libertades

Luchasfeministasen Oriente Próximo

Hajar Raissouni salía de la clínica de su ginecólogo con su pareja, en 2019, cuando los tres fueron detenidos por haber practicado un aborto. Durante el juicio, pudo demostrar que no se le había aplicado una interrupción voluntaria del embarazo pero fue declarada culpable de un «aborto ilegal». Dos meses después, los arrestados recibieron el perdón del rey Mohammed VI. Raissouni se convirtió —sin querer— en el rostro de varias luchas en Marruecos. Desde entonces, esta periodista independiente ha batallado por la libertad de expresión y la defensa de los derechos humanos hasta tener que exiliarse en Sudán. «Marruecos se ha convertido en una prisión para mí», decía hace unos meses a este diario.

Kurdistán

Armadas de valor democrático

Luchasfeministasen Oriente Próximo

Durante los primeros años de la guerra civil siria, las portadas se llenaron con los rostros de milicianas kurdas que tomaban las armas en defensa de su tierra. Las Unidades de Protección de la Mujer (las YPJ, en kurdo) lucharon contra el Estado Islámico y hoy resisten contra la violencia turca en Rojava. Los medios occidentales no hablaron de su revolución, solo estaban fascinados al ver a una mujer en Oriente Próximo con un AK-47. Reniegan del prisma orientalista con el que se las mira, y tampoco quieren ser cosificadas ni sumisas, como se ve a las mujeres veladas. Las YPJ luchan por el confederalismo democrático y los derechos humanos, poniendo a la mujer en el centro como agente de cambio.

Arabia Saudí

Más que el derecho a conducir

Luchasfeministasen Oriente Próximo

Gracias a la tenaz lucha de una red de activistas, las mujeres saudís pueden conducir desde 2018. Pero la lucha por sus derechos aún tiene mucho camino por recorrer. Subyugadas al sistema de tutela masculina, necesitan recibir la aprobación de su guardián varón para casarse, abrir un negocio o visitar la Meca. Junto a la aprobación del derecho a conducir de las mujeres saudís, las autoridades emprendieron una serie de detenciones de activistas que llevaban años batallando. Una de ellas fue Lujain al Hazlul quién pasó 1.002 días en la cárcel. La campaña internacional por su liberación le otorgó la libertad, pero aún quedan muchas mujeres como ella entre rejas.

Irak

Las que fueron esclavas sexuales

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Mientras la comunidad yazidí desentierra a las 5.000 víctimas del genocidio perpetrado por Estado Islámico en 2014, sus mujeres se han convertido en muertas en vida. Miles fueron convertidas en esclavas sexuales al servicio de los yihadistas. Muchas ahora son madres de hijos de combatientes. Nadia Murad fue secuestrada y usada como esclava sexual en agosto de 2014. Tres años más tarde, pudo volver a su ciudad de origen, donde ya no estaban sus seis hermanos ni tampoco su madre, víctimas del genocidio. Ganadora del Premio Nobel de la Paz, Murad sigue denunciando la difícil reintegración de las supervivientes de la esclavitud sexual.

Líbano

Reparto de compresas y tampones

Luchasfeministasen Oriente Próximo

La terrible crisis económica que sufre el país ha dejado de lado la puntera lucha feminista de sus mujeres. Además, la mitad de la población libanesa lamenta que ni siquiera se atajen los problemas que las atañen solo a ellas, como la pobreza menstrual. El 76% de las mujeres en el Líbano tienen dificultades para acceder a productos menstruales. Por ello, las mujeres en el Líbano han seguido con su incansable trabajo a pie de calle para suplir la ausencia de unas instituciones funcionales. Desde Fe-Male, la organización que dirige, la activista Hayat Mirshad organiza repartos de compresas, tampones y copas menstruales para dar a aquellas que no pueden permitírselos.

Irán

Contra el velo obligatorio

Luchasfeministasen Oriente Próximo

Sus melenas descubiertas se han convertido en el terror de los ayatolás. Bajo el hashtag #WhiteWednesdays, las iranís salen cada miércoles vestidas de blanco en protesta contra la imposición del velo. Algunas apenas muestran un par de terroríficos mechones que asoman bajo el hiyab. Muchas se atreven a ondearlo al viento tal si fuera una bandera blanca. La periodista y activista Masih Alinejad es la fundadora del movimiento. En julio, la iraní reveló que se encuentra bajo la protección del FBI en su exilio en EEUU, ya que cuatro oficiales de inteligencia de su país planeaban secuestrarla. Estas amenazas no han podido silenciar su feroz activismo en la red

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