«Nos cuesta mucho». Sin entrar en detalles, Luis Miguel Ramis admitió el viernes que la producción ofensiva del Tenerife no está siendo lo alta que le gustaría, o la que debería ser por el número de ocasiones que crea. No es que el equipo blanquiazul sea el que más veces tira a puerta de Segunda, pero sí figura entre los más insistentes en este apartado. Se mire por donde se mire, los números en esta faceta clave del juego representan una de las causas de la trayectoria de media tabla que han descrito los blanquiazules a menos de dos meses para que termine el curso.
El dato que viene más a mano es el de la sequía a domicilio. Con el del viernes en el Anxo Carro ya son cinco los encuentros seguidos sin anotar. El Tenerife se quedó a cero en Granada, Gijón, Oviedo, Vitoria y Lugo. El último gol lejos del Heliodoro fue obra de Romero en El Sardinero, el 27 de enero.
La segunda vuelta. El equipo de Ramis llegó a la mitad del calendario con 22 tantos a favor, es decir, que superó por muy poco la media de uno por partido. En cambio, el ritmo que lleva en la segunda vuelta no está siendo el mismo. En catorce encuentros ha marcado diez, de los que seis quedaron repartidos en la misma cantidad de partidos –sirvieron para empatar en Málaga ySantander y Villarreal B, y para ganar al Cartagena, Albacete y Mirandés–, y los demás cayeron en el mismo enfrentamiento, el derbi (4). Al menos, el Tenerife consiguió sumar cada vez que batió al portero rival.
Números ‘normales’. Por el total de goles anotados, el Tenerife es un equipo que ni sobresale ni se queda muy atrás respecto al resto, igual que en la clasificación general. Antes de la disputa de la jornada de este fin de semana, era el duodécimo con más tantos, 32, los mismos que el Sporting. Tenía doce menos que el líder en este apartado, el Granada (44), y once más que los colistas, Oviedo y Lugo.
Frecuencia de remates. La base de datos de LaLiga sitúa a los blanquiazules entre los equipos con más disparos, 318 en 34 partidos. Solo hay tres equipos que han intentado marcar más veces, la UDLas Palmas (349), el Cartagena (327) y el Levante (323). Pero una cosa es rematar y otra es hacerlo entre los tres palos. Si se trata de dirigir bien los ensayos, la cosa cambia. El Tenerife había tirado a puerta –dentro– en 116 ocasiones antes de la visita al Anxo Carro, registro con el que superaba al Leganés (112), Ibiza (112), Lugo (105), Ponferradina (101), Burgos (97), Real Oviedo (86) y Huesca (86). O lo que es lo mismo, había catorce adversarios con mejor puntería.
Los goles que ‘faltan’. El máximo realizador de la plantilla 22/23 es Enric Gallego, con ocho dianas, las mismas que llevaba a estas alturas de la temporada pasada, un ejercicio que terminó con doce, contando los dos que aportó en los derbis del playoff de ascenso.
Visto así, el Tenerife no está echando de menos los goles de Enric, pero sí los de otros jugadores que están por debajo de los dígitos de la campaña anterior. Por ejemplo, Elady ya había festejado siete tantos en la 21/22. En la campaña vigente no ha podido superar la barrera de los tres. Algo parecido pasa con Sam Shashoua, que hace un año había firmado seis aciertos y ahora presenta solo uno. También se esperaba más de Dauda. Como blanquiazul ha logrado tres goles. Con el Cartagena ya había llegado a los seis. Son tres casos de futbolistas condicionados por las lesiones. Con continuidad, seguramente se estarían moviendo en los números previstos.
El espejo de la 21/22. El Tenerife de ahora sale perdiendo en todas las comparaciones con el de la Liga anterior. No es que sea ningún descubrimiento. Solo hay que fijarse en que en la 21/22 era cuarto y que ahora es decimotercero. Hay diferencias en todo, en puntos, en victorias, en goles en contra y, por supuesto, en tantos a favor. En la parte defensiva no hay tanta distancia. El Tenerife que acabó disputando la final de la promoción había encajado 30 tantos en la jornada 34;ahora tiene 33. El margen sí es mayor en la versión ofensiva: 46 dianas hace un año y 32 en la temporada 22/23.