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Doblemente peligroso

Joseba Etxeberria vuelve a cruzarse con el Tenerife, al que ya derrotó el año pasado en Anduva (2-1) | El guipuzcoano se juega el cuello y su Mirandés irá «al límite» mañana

Joseba Etxeberria, entrenador del Mirandés, durante su último partido en Anduva. | | E.D.

El actual técnico del Mirandés, que mañana se juega el cuello frente a su exequipo, tuvo en el Tenerife su primera oportunidad a escala profesional. Dejó un gran legado a pesar de que tan solo pudo dirigir 23 partidos. Al comienzo de su segunda campaña, su destituido en la quinta jornada. Demasiado pronto.

Dirigió solo 23 partidos oficiales del representativo pero fueron suficientes para que dejara huella. Joseba Etxeberria, ahora entrenador del Mirandés, nunca ha ocultado su afecto y simpatía por el Tenerife, el club que le dio su primera oportunidad para ejercer como entrenador profesional.

Dirigía el vasco al Amorebieta, con el que hubo que llegar a un acuerdo para que le dejasen venir. Apuesta personal de Alfonso Serrano, quien antes había optado para el banquillo blanquiazul por otros ilustres exfutbolistas como Martí, Joseba llegó con la ilusión por bandera y el ánimo de propiciar una súbita reacción en el representativo. Lo logró.

Uno de los primeros méritos que deben atribuirse a Etxeberria fue una plusmarca de victorias consecutivas en casa que permitieron no solo ahuyentar los fantasmas de la permanencia; también soñar con los playoff en una temporada semejante a la actual. Muy marcado por la frustración del curso previo, donde el Tenerife se quedó a un gol de ascender, al equipo le costó horrores arrancar hasta que se hizo insostenible la permanencia de Martí, que cayó en febrero tras cuatro partidos consecutivos sin vencer.

La otra gran conquista de Joseba tiene que ver con su afán reformista. «Intenté dejar un club mejro del que encontré», ha manifestado cuando se le pregunta por sus recuerdos del representativo. Quiso el ahora técnico del Mirandés que el Tenerife se pusiera en hora y al nivel de otros clubes de su categoría. En infraestructuras, en facilidades para el futbolista, hasta en rutinas tan aparentemente inocuas como desayunar en grupo antes de comenzar cada sesión de trabajo.

Pero la paciencia con Joseba fue ínfima. Da la impresión de que los gestores del club no creían en su metodología y forma de trabajar cuando arrancó la temporada siguiente. No es casual que el grado de paciencia fuera tan corto como la quinta jornada, momento en el que se anuncia su destitución y se contrata a Oltra para iniciar una segunda etapa que no fue, ni mucho menos, tan plácida y feliz como la primera. «Creo mucho en la estabilidad y cuando se habla solo de entrenar para competir cada fin de semana, va todo mucho mejor», remarca el guipuzcoano, quien halló mucho ruido a su alrededor. No en vano, tras su despido vino al poco tiempo también el de Alfonso Serrano, a quien reemplazó Víctor Moreno.

Para Etxeberria, la experiencia de recibir al Tenerife no será nueva. Ya lo hizo en Anduva el curso pasado y el resultado fue feliz para sus intereses. Ahora, es él quien se juega el cuello después del empate del domingo en Lugo, que saca a los suyos del último puesto pero no de una situación peliaguda, en la que mucho influye el empeoramiento de su plantel. Nada que ver con el del año pasado.

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