Jornalero del balón, Enric Gallego tuvo que curtirse en los campos de Segunda B y Tercera antes de hallar una buena oportunidad a escala profesional. Y cuando ya parecía haber tocado techo, la falta de continuidad le obligó a reinventarse. Lo ha hecho con los colores del Tenerife. En la Isla acaba de hacer su gol 101. Y promete muchos más.
Con todos los colores. Y a todas las edades. Enric Gallego corroboró este pasado lunes que mantiene muy vivo su idilio con el gol, su razón de ser como delantero centro; y rubricó sus tantos 100 y 101 en categoría nacional. Con un grado de eficacia incontestable, el catalán vuelve a agradecer la confianza de Juan Carlos Cordero y Luis Miguel Ramis como mejor sabe: con números. Sus providenciales aciertos ante el Málaga le permiten alcanzar una cifra solo al alcance de los elegidos, pero en su caso con el mérito adicional de que la mayoría de sus goles han venido después de los 27 años.
Enric hizo sus primeras dianas con el filial del Espanyol (2) antes de pasar al Badalona, donde firmó otro par de goles (2) en edades aún muy tempranas. Fue el Cornellá (48) el que le permitió destapar su largo repertorio de cualidades. En una de las más brillantes etapas de su carrera, marcaba de todas las maneras: con la pierna buena, la menos buena, de cabeza, en un rechace, de penalti... Hasta que llegó la oportunidad de seguir creciendo. Salió al Extremadura y siguió marcando (26 goles), si bien luego su carrera entra en un segmento mucho más complicado. No tuvo la continuidad ni el mismo ritmo anotador con Huesca u Osasuna (cinco y cuatro dianas, respectivamente), así que la apuesta de Cordero le abrió una nueva ventana y también una oportunidad «increíble», como él mismo define.
Llegaba Enric a un equipo que confiaría en sus virtudes y apostaría por un estilo donde se agradecería su esfuerzo, por supuesto también su proverbial idilio con el gol. Ya el curso pasado demostró su eficiencia y en esta recién comenzada nueva liga vuelve a ser resolutivo. Son 14 los tantos que ha hecho con el representativo, la mayoría con traducción directa en victorias y puntos.
En plena forma a sus años, Gallego es un futbolista de plenas garantías para su entrenador; y un jugador que vive una segunda juventud que está exprimiendo al máximo. Llegados a este punto, sus principales ambiciones no pasan por alimentar sus cifras, que también; sino por rubricar el codiciado ascenso a Primera que en junio se escapó por milímetros. Jugar en la élite –con la continuidad que le faltó en Pamplona– es incuestionablemente el gran reto que le falta. Y va a por él.
Un finiquito de 1,2 millones
Un dinero caído del cielo. La titular del Juzgado de lo Social número 4 de Pamplona ha estimado la demanda de Enric Gallego frente al Club Atlético Osasuna y ha condenado al equipo rojillo a pagarle una indemnización de 1.238.171,97 euros por la improcedencia del despido y la temporada que le quedaba por cumplir en la entidad navarra. Ésta ha interpuesto un recurso de aclaración sobre un extremo del fallo de la sentencia y a continuación presentará recurso de suplicación ante la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Navarra.
En la sentencia, tras el juicio celebrado el 29 de julio, Gallego exigía cobrar el importe íntegro de la temporada que le restaba con Osasuna hasta el 30 de junio de 2022. La jueza ha estimado su demanda.