Un aluvión de motivos para pensar en grande. La victoria del domingo en Ponferrada puede marcar un antes y un después en el devenir clasificatorio del Tenerife, que de algún modo ya ha presentado credenciales para ser considerado –al menos por sus rivales directos– como un claro aspirante al ascenso directo. De momento ya suma 45 puntos, un botín ostensiblemente superior al de cualquier temporada anterior desde el regreso del representativo al fútbol profesional. El cuadro que dirige Luis Miguel Ramis lleva seis triunfos a domicilio y, desde este pasado fin de semana, no solo es el equipo menos batido de la competición; también el mejor visitante.
Triunfos de prestigio.
El cuadro insular inició esta campaña con un puñetazo encima de la mesa y con tres puntos en el Fernando Torres contra el Fuenlabrada. Desde entonces y hasta la fecha, ha llevado a la realidad una vieja aspiración de su cuadro técnico: ser tan casi fiable como forastero que en el Rodríguez López. Así, el equipo que comanda Ramis ha sido capaz de ganar en territorios históricamente tan hostiles como Valladolid, Zaragoza, Huesca, Leganés o Ponferrada. El triunfo del domingo le sitúa con mejor visitante de Segunda División. Lejos de su feudo contabiliza 22 puntos, por 20 de Almería e Ibiza.
El menos goleado.
Juan Soriano es un coleccionista dse porterías a cero. Ya lleva diez. En el Rodríguez López tan solo ha recogido siete balones de su propio marco y mantiene un promedio de goles encajados que es la envidia de la categoría de plata. Sus guarismos son mejores que los de guardametas tan consolidados en la competición como Andrés Fernández, Joan Femenías o Fernando. El andaluz está siendo de los jugadores de mejor rendimiento del plantel blanquiazul, uno de los fichajes veraniegos que ofrece prestaciones más brillantes y probablemente sea en Segunda el portero más resolutivo para su equipo. Sus paradas ganan puntos, como demostró una vez más el pasado domingo en El Toralín.
Goleadores.
Los artífices del triunfo en Ponferrada empiezan a aproximarse a los dígitos que de ellos se esperan a lo largo de este curso. En el caso de Elady Zorrilla, ya supera los mejores registros de su propia carrera (llegó a siete tantos en un año con el Cartagena) y alcanza los nueve goles con el representativo. Es el pichichi del proyecto, seguido por un Enric Gallego que resurgió del penalti fallado en el estadio berciano y anotó el providencial y decisivo 1-2. El delantero centro ha materializado seis dianas.
Calendario propicio.
Tras superar un intrincado mes de enero con partidos tan exigentes como el derbi o la visita a Ponferrada, el Tenerife se prepara para un febrero teóricamente más amable. De forma casi consecutiva se verá con tres rivales ubicados en la zona baja de la clasificación, uno de ellos casi desahuciado como el Alcorcón de Fran Fernández, antecesor de Ramis en el banquillo. También le esperan el Leganés en el Heliodoro y el Mirandés en Anduva; así como una emergente UD Ibiza, que visitará el coliseo capitalino en un par de semanas. Para los partidos en casa pesa el hándicap del tijeretazo en el aforo disponible, pero los blanquiazules confían en hacer del Heliodoro un fortín. El último partido en casa lo saldaron con goleada: 4-0 al Real Oviedo.
La importancia del ‘average’.
En apenas dos semanas, el Tenerife se ha adjudicado el goal average particular con dos presuntos rivales directos como Real Oviedo y Ponferradina. No solo es relevante saber que en caso de empate en puntuación, los blanquiazules acabarían la competición por delante de cada uno de ellos; es también un claro e inequívoco indicativo de que los isleños saben competir ante los equipos de la zona alta. Ante un hipotético playoff, las prestaciones en este tipo de duelos constituyen toda una garantía. Además de tenerlo ya ganado con los dos últimos adversarios a los que se ha medido en liga, el representativo tiene el average encarrilado con Valladolid y Girona, a los que ganó en la primera vuelta; y se propone remontar con Almería y Eibar. Los rojiblancos, de capa caída, aún han de visitar la Isla; y con los armeros se presume un duelo crucial en la penúltima jornada.
Comparativas.
El Tenerife ya presenta un superávit de 12 puntos respecto al curso pasado a estas alturas, cuando atesoraba tan solo 33 en su casillero y llevaba nueve triunfos, cuatro menos que ahora. Establecer una comparativa con la versión blanquiazul de hace dos años resulta todavía más elocuente. Entonces, el representativo había arañado unos raquíticos 26 puntos y solo seis triunfos, menos de la mitad de los que lleva ahora. El Tenerife actual es mejor en todas las facetas: números en casa, a domicilio, goles a favor, en contra, porterías a cero y puntuación. Un gran caudal de razones para entusiasmar a la afición, imponer respeto ante los rivales directos y construir una candidatura de ascenso directo. Para tal proeza harían falta casi 80 puntos. Aún es posible.