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Luis Miguel Ramis, durante el derbi contra Las Palmas.Andrés Gutiérrez

Puntuación para soñar

El Tenerife de Ramis firma sus mejores dígitos a estas alturas de temporada desde su regreso al fútbol profesional | Ha sumado 12 puntos más que en enero del año pasado

Los números del representativo son un perfecto analgésico para el pesimismo. Con Ramis a la batuta, el cuadro blanquiazul presenta su mejor balance desde que volvió al fútbol profesional. Hay que remontarse a 2017 para encontrar la última vez que estaba en puestos de privilegio a estas alturas del campeonato.

Dígitos para creer. El Tenerife firma su mejor balance desde su regreso al fútbol profesional después de 23 jornadas disputadas en Segunda División. Con Luis Miguel Ramis al mando de las operaciones, la puntuación del equipo blanquiazul es ostensiblemente mejor a la que presentaba en todas las temporadas anteriores a estas alturas del campeonato. Sin ir más lejos, el representativo ofrece en estos momentos un superávit de 12 puntos respecto al curso anterior.

El Tenerife de Ramis gana en todas las comparaciones en relación a las versiones blanquiazules anteriores: en partidos ganados, distancia respecto a los puestos de ascenso directo, posición en la tabla, goles a favor y tantos recibidos. Su solvencia está fuera de toda duda. A partir de ahora y tras el parón de esta semana, serán las 19 jornadas que faltan las que diriman si le da para opositar al cambio de categoría por la vía rápida; o para encomendarse a la suerte de los playoff, que tan solo ha disputado en una ocasión desde que se instauraran para dilucidar la tercera de las plazas de ascenso.

Después de 23 jornadas, el mejor Tenerife de las últimas campañas era el de José Luis Martí en el ejercicio 2016/17. Tenía por entonces 34 puntos, era sexto en enero y soñaba con la promoción. La jugó finalmente como cuarto de la liga regular y el codiciado ascenso se le escapó tan solo por un tanto en la fatídica final contra el Getafe, que finalizó tercero.

Desde entonces, todos los proyectos armados desde las oficinas del Heliodoro para instalar al equipo en las posiciones cabeceras han fracasado estruendosa y estrepitosamente. La mayoría de las veces hubo que recurrir al cambio de entrenador para levantar el vuelo; y en todas las ocasiones, el mercado de enero –ahora convertido en una oportunidad para mejorar el nivel competitivo de la plantilla– fue algo así como un clavo ardiendo para huir de la zona peligrosa. Los meses de enero fueron siempre sinónimo de urgencias. En 2018 el equipo era undécimo a estas alturas; un año más tarde, decimosexto; y dos después, estaba cuarto por la cola y con la soga al cuello. Tampoco el curso pasado fue más placentero y también hubo relevo exprés en el banquillo (Ramis por Fran Fernández).

Con mucha diferencia, la situación de los insulares es este año más apacible e ilusionante. El equipo mantiene una renta de cuatro puntos en relación a séptimo y octavo clasificado; y son también cuatro los que le separan de Real Valladolid y Eibar, que tienen puntuación de ascenso directo. Los próximos compromisos ligueros para los de Ramis se presumen determinantes para marcar el camino, con Real Oviedo (en casa), Ponferradina (a domicilio) y Leganés (otra vez en el Heliodoro) como próximos rivales.

En cuanto al líder Almería, parece con pie y medio en Primera. Eso sí, tiene dos puntos menos que el Mallorca del año pasado.

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